LUIS ESPADA RECAREY Primer rector de la Universidad de Vigo

“La creación de la Universidad es un hito histórico en Vigo”

Espada (a la derecha), con el también exrector Docampo este pasado viernes en la universidad.
photo_camera Espada (a la derecha), con el también exrector Docampo este pasado viernes en la universidad.

"Nacíamos sin rectorado, sin sistemas administrativos, sin presupuesto, pero a veces nacer es así"

n n n Luis Espada es historia viva de la Universidad de Vigo y quien mejor la conoce en todos sus sentidos: fue el primer rector, y al que le tocó la difícil tarea de “construirla” desde cero, y además ejerció de catedrático y de defensor del alumno. Hace 25 años, tal día como hoy, era designado rector, lo que de verdad ponía en marcha a la universidad. “Ahora soy profesor emérito, observando los egresados (licenciados), para ver cómo les ha ido, qué les sobró y faltó. Servirá para cambiar nuestros planes”, explica Espada.

¿Cómo fue aquel día, hace 25 años, lo recuerda?
 Me acuerdo perfectamente porque el decreto de mi nombramiento como rector no fue una sorpresa. Ya se estaba cociendo antes y tenía referencias a través del rector Carlos Pajares, de Santiago, y también del conselleiro Aniceto Núñez. Ya habíamos hablado, porque yo era el delegado de Santiago en el campus de Vigo. Y cinco días después del nombramiento tomé posesión.

¿Era consciente de que se trataba de un hecho histórico?
 Sí, pero era un poco peculiar porque como delegado del rector de Santiago ya estaba al tanto del proceso y asistía a las juntas de gobierno, así que digamos que fue el final de un proceso.

¿Cómo valora la creación de la Universidad? ¿Fue tan difícil lograrlo?
Era una reclamación que llevaba tiempo encima de la mesa, era un clamor con sociedades como las que promovía el alcalde García Picher. La Universidad era una reivindicación histórica y fue madurando hasta que al final se creó. El problema fue que la decisión la tomó la Xunta del tripartito, con Aniceto Núñez, y tanto podía ir adelante como no. Aunque en el caso de Vigo ya estaba ya decantada por la ciudadanía, porque era una petición histórica.

Nace la universidad. ¿Y a partir de ese momento a qué se enfrentan? 
La situación era un tanto peculiar, nacíamos sin rectorado, sin sistemas administrativos, sin presupuesto de choque, era un poco traumático, pero los nacimientos a veces son así,  no había funcionarios, ni servicios centrales… Uno de los problemas era el pago de las nóminas, hubo que hacer un convenio con Santiago. Y nacimos en un momento en que no sabíamos qué hacer con los segundos ciclos y las titulaciones no estaban definidas. Como nos dijo un ministro, era un mal momento, que mejor antes o después. 

¿La creación de la Universidad es lo mejor que le ha pasado a Vigo en estos 25 años? 
Honestamente, la universidad es un hito histórico como la llegada de Citroen. PSA y la universidad son hitos que hacen cambiar una ciudad.

¿Cuanto ha cambiado la Universidad de Vigo desde que se aprobó su puesta en marcha?
 Muchísimo, en todos los sentidos. Yo diría que es pujante y constante. Recuerdo que cuando tomé posesión dije que no había formulas mágicas para su despegue, que hacía falta trabajo y constancia. Y se ha hecho bien, todos los rectores fueron académicos no políticos y el fruto de la constancia está ahí.

¿Cree que está ya consolidada? ¿Qué tiene que mejorar?
Sí, está consolidada, aunque realmente nunca nada lo está del todo, pero al menos sí  diría que está bien cimentada y sobre eso hay que ir avanzando a base de ofertar y mejorar su calidad. Esa es la clave, la calidad, y corregir los defectos que haya.

¿Es otro hito el lanzamiento de satélites de la Universidad? 
No es ninguna tontería, sino algo fruto del trabajo en equipo y colectivo y eso es así. Hoy es clave para la Universidad, una marca, y una forma de cómo hay que trabajar,   siempre con una dirección.

¿Que no se haya creado la Facultad de Medicina en Vigo es la gran frustración?
Pedimos Medicina en aquel momento y tardaron años en contestar diciéndonos al final que no. Yo cumplí mi misión  y luego vinieron otros e hicieron la suya. Queda claro que en el espíritu de la Xunta no había la idea de duplicar la titulación. También Coruña la quiso pero Santiago se negó y el asunto quedó pendiente. En este momento es más complejo porque hay crisis. Todo tiene su momento y ahora…. 

¿Qué fue lo peor que se encontró al llegar al cargo?
El principio fue muy duro, había unas exigencias enormes, la gente creía que ya teníamos universidad y con eso ya estaba todo resuelto, pero había que empezar de cero. Había una inquietud por resolver los problemas “xa” y eso no lo iba a resolver yo por decreto, las cosas llevan su tiempo. Y eso costó conflictos. Ya éramos dueños de nuestro destino, pero nos quedaba todo por hacer.

Cuente cómo fue la primera reunión del equipo rectoral, en un piso de Porta do Sol. Es famosa la anécdota de que se dijeron “vale, tenemos universidad, y ahora qué? 
Sí, ya no teníamos que ir a Santiago, pero es verdad, lo dijo Leiceaga, ¿y ahora qué hacemos? No teníamos nada, un piso, poco más. La primera temporada de la universidad, la 1989-90, había 11.000 alumnos. En 1994 eran 22.000, multiplicado por dos, con nuevas titulaciones y luego con el baby boom y el desarrollo de las titulaciones se produjo un crecimiento espectacular, llegamos a 30.000 universitarios. Ahora tenemos de nuevo 22.000. Es una buena cifra.

Se oye a veces que la Universidad está lejos, en el monte...  
Es bueno que esté donde está, pero también debe tener representación en el centro de la ciudad. Nació así, en el monte, por circunstancias. En 1974 se vendió por una peseta de forma simbólica y así se construyó el primer colegio universitario, luego la Fundación Barrié  hizo la Escuela de Ingeniería, luego vino Teleco y ya fue un proceso irreversible. Si al principio se hubiera puesto el campus en Navia se ahorraría energía y tiempo.  

Te puede interesar