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El constructor de Vigo

Prieto Moresi, tercero por la derecha, en la inauguración del comedor de obreros del Centro Social de la Junta de Obras del Puerto. Foto de Estudios Valín, 1945. Archivo General del Puerto de Vigo. Autoridad Portuaria de Vigo.
photo_camera Prieto Moresi, tercero por la derecha, en la inauguración del comedor de obreros del Centro Social de la Junta de Obras del Puerto. Foto de Estudios Valín, 1945. Archivo General del Puerto de Vigo. Autoridad Portuaria de Vigo.

El ingeniero vigués José Eligio Prieto Moresi se ve sorprendido en Madrid por el estallido de la Guerra Civil en 1936,quedando separado de su familia, que durante más de dos años hizo todo lo posible por devolverlo a casa. Es un desconocido en Vigo, pese a ser uno de sus constructores.
 

El 20 de octubre de 1936 el abogado Ricardo Rossi daba cuenta por escrito a Giuseppe Motta, consiglierede la División de Asuntos Exteriores de Suiza, del asunto que ya le había adelantado por teléfono aquel mismo día: la señora Juana Moresi, residente en Vigo, temía por la vida de su hijo de quien no tenía noticias hacía meses. El inicio de la Guerra Civil española había sorprendido al ingeniero de caminos vigués José Eligio Prieto Moresi en Madrid, donde recién licenciado iniciaba su vida profesional. Hijo de Eligio Prieto Iglesias, quien había promovido el primer edificio de oficinas de Vigo en 1928,Prieto Moresi se hallaba, como muchos otros españoles, ante el reto de la supervivencia en un conflicto fratricida que estaba llamado a desangrar al país.
Juana Moresi, natural de Mendrisio, en Suiza, se había puesto en contacto con sus familiares en el país alpino con la esperanza de que su hijo pudiera abandonar Madrid con el salvoconducto de la Legación Suiza en la capital española.Las autoridades no tendrían que reparar en los gastos ocasionados, que serían abonados por la atribulada familia. La situación lo merecía: viuda hacía pocos años, Juana Moresi trataba de salvar la vida de su único hijo varón. La diplomacia helvética promete una ayuda que es sin embargo complicada debido al contexto bélico ya que las autoridades republicanas denegaban el pasaporte de los ciudadanos entre veinte y cincuenta años, además la nacionalidad española de Prieto Moresi hacía imposible su evacuación diplomática.
Como regalo de Navidad, la familia recibía el seis de enero de 1937 las primeras noticias del ingeniero vigués: se encontraba en buen estado de salud, trabajando y residiendo en su domicilio habitual de Madrid, pero atrapado en zona republicana.
Durante el tiempo en que la capital es un campo de batalla la diplomacia suiza se encargará de facilitar la comunicación epistolar entre la familia, además de abastecer a Prieto Moresi de artículos difíciles de conseguir como medicinas. En febrero de 1938, y dada la grave tuberculosis de la que enferma el ingeniero, se intenta de nuevo su salida al país alpino a través de Cruz Roja internacional, no sólo por medio de la Legación Suiza sino también del cónsul de España en Lisboa. De nuevo una intentona fracasada, que parece lleva al ingeniero a intentar la huida por su cuenta. A mediados de ese mismo año Prieto Moresi se recuperaba de su enfermedad en Madrid tras haber pasado veintiún días preso en Barcelona, acusado de tratar de conseguir, junto a unos amigos, pasaportes falsos para salir del país. El final de la guerra y la ansiada vuelta a casa llevan aparejados como guiño irónico la depuración, sin imposición de sanción, del ingeniero, que se instala en Vigo. n

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