El número de auxilios policiales y de bomberos sigue en aumento, siete en lo que va de año
La soledad, que en el Reino Unido se ha convertido en tema de Estado al crear un ministerio propio para abordar este problema, tiene en Vigo su mayor exponente en las personas mayores. El incremento de intervenciones policiales de auxilio en el último año en viviendas con inquilinos por encima de los 80 años se mantiene en lo que va de 2018 e incluso señala uno de los puntos de mayor riesgo de la ciudad, Coia.
En la avenida de Castelao y el triángulo con Castrelos y Camelias concentran la mayor parte de los auxilios en viviendas ocupadas por mayores solos.
En poco más de quince días, Policía Local, Nacional y Bomberos, han llevado a cabo hasta siete rescates en pisos todos ellos relacionados con inquilinos de edad avanzada que habían sufrido algún tipo de accidente en el interior de su casa, tres de ellas en Coia y una en el entorno.
La peor jornada se vivió a primeros de año, en plenas fiestas navideñas, en las que tres octogenarios tuvieron que ser rescatados por los bomberos, mientras que en esta última semana, han sido otras cuatro personas, entre los 80 y 92 años. Todas ellas con un denominador común, habían sufrido alguna caída que les impedía moverse y en uno de los casos pasaron horas hasta que pudieron ser auxiliadas.
Los vecinos, bien por haber escuchado sus quejidos, o bien por notar la ausencia, son los encargados de dar aviso.
“La verdad es que una cosa que causa temor, si la piensas”, explica Delmiro, de 73 años y vecino de Traviesas, quien coincide en que entre Coia y Camelias se concentran un buen número de inquilinos de edad avanzada. Afirma que es una zona que acogió a un flujo importante de familias residentes en las aldeas y que han evejecido en Vigo. Delmiro está separado y vive solo. “De momento, estoy bien, pero cuando no lo esté tendré que ir a una residencia”. Fernando Álvarez, de 77 años no tiene ese problema, “tengo a mi familia, tres nietos maravillosos”.
Para ellos la iniciativa del Reino Unido, aunque suena extraña, parece positiva, porque al final, “todo depende de la pensión y los recursos”.
“El problema es saber si llegará con la pensión”
Fernando Álvarez y Delmiro, de 77 y 73 años.
En situaciones totalmente diferentes, estos dos amigos debaten sobre la desprotección hacia los mayores, “también a los niños”, comentan. Aunque admiten que en la actualidad hay servicios de atención a la Tercera Edad, el no tener familia cerca puede llegar a ser un problema. También lo es para muchos, aseguran, la pensión, si las cuantías son suficientes para hacer frente a los gastos.
“Debería haber más residencias públicas”
Julio, en el centro, con su padre de 94 años y un vecino.
El padre de Julio tiene 94 años. “Él te tiene a ti”, dice un vecino con el que pasan la mañana en la plaza de la Independencia. Para este vigués, la iniciativa británica está bien aunque resalta que aquí “hay ayudas y mecanismos.. Lo importante es que se ejecuten” mientras echa en falta más residencias públicas. El problema es para quien no tiene a nadie a su lado que le gestione dichas ayudas, señala.
Amelia, 78 años.
“Estoy operada de las rodillas y tengo problemas de salud, así que tener que vivir sola sin ayuda, con la familia lejos me preocupa porque ya no puedo hacer las mismas cosas que antes”
María Díaz, 85 años.
“cualquier iniciativa en favor de los mayores es positiva. Quien no tenga la suerte de tener a su familia cerca puede sentirse desprotegida viviendo sola”, afirma esta viguesa
