Un posible fallo en el sistema de frenado provocó ayer que un vehículo, que se encontraba estacionado en Alcabre, acabara precipitándose en las rocas de la playa.
Los hechos sucedieron por la mañana y el coche fue trasladándose solo, sin conductor, desde la calle Roade hasta el arenal, sin que se produjeran daños personales.