r.s. VIGO [email protected] Responsable de Análisis Clínicos de Vithas Lab y experto en toxicología

Tómas Camacho: "Es clave acudir pronto a urgencias para detectar si hay drogas de sumisión"

El experto en toxicología, Tomás Camacho.
photo_camera El experto en toxicología, Tomás Camacho.

El doctor Tomás Camacho es responsable de Análisis Clínicos de Vithas Lab y es coordinador nacional de toxicología clínica de la Sociedad Española de Toxicología.  Es también miembro de la American Academy of Clinical Toxicology, miembro de ESBIO (Expert team to Support Biomonitoring in Europe) y  Miembro de laRed Iberoamericana de Toxicología y Seguridad Química.

 ¿Qué son las drogas de sumisión?
La sumisión química es inhabilitar a una persona para cometer un delito bajo el efecto de las drogas.  Se suele asociar a delito sexual y la mayoría de las veces lo es, pero en muchos otros casos también es para robar a un varón, son cuidadores de ancianos desaprensivos que los sedan todo el día para que no les molesten o es para someter a niños como fue el caso de Asunta, a la que los padres dieron un medicamento que la dejó indefensa.

¿Cuál es el perfil habitual en los casos de agresión sexual?
Suele ser una chica joven menor de 30 años que está bajo los efectos de determinados medicamentos. El grupo de mayor riesgo es entre 15 y 19 años. En contra de lo que se cree no suele ser burundanga ni GHB, lo más frecuente es el alcohol y la benzodiacepina (un ansiolítico de uso común). La gente tiene la idea de que es alguien que te añade algo en la bebida de forma subrepticia, pero en un 70% de los casos es alguien del entorno de la víctima. Otras veces es la propia chica la que está tomando voluntariamente alcohol o cannabis o benzodiacepinas, pero aunque el agresor no haya añadido nada a lo que toma la chica es el mismo delito.

¿Cuales son las drogas más frecuentes?
Ahora se habla mucho de la burundanga, pero aquí son casos contados. Es una droga muy frecuente en Latinoamérica, es un polvillo que se extrae de una planta que está por todas partes (la trompeta del diablo), hay muchas similares. En la calle alguien se te acerca con un mapa para que le indiques una dirección, lo inhalas y quedas inhabilitado, o te dicen que tienes un pelo bonito, te dejas tocar y te impregnan algo con unos guantes. Las drogas se absorben mucho por la piel. Aquí hay otras drogas depresoras más fáciles de conseguir y con un efecto más fulminante, una es la GHB y otra es la ketamina, se venden por internet. La víctima casi siempre está en un entorno que considera seguro, una cena o una discoteca, tomando una copa y se producen una reacción desproporcionada: unos minutos de euforia, pero inmediatamente una depresión, el paciente se encuentra somnoliento con una lasitud muscular grande. 

¿Cuáles son los signos?
Hay una triada característica: desinhibición, automatismos y amnesia anterógrada. Dentro del sistema límbico está la amígdala  cerebral, que es donde está el miedo, lo que nos ha permitido al ser humano evolucionar durante miles de años y ser lo que somos. La mayoría de las drogas inhiben la amígdala cerebral, no solo en este caso, también los que toman anfetamina o cocaína y se les da por hacer balconing porque no ves  el peligro. Es ideal para alguien que quiere cometer una agresión sexual porque estás desinhibido y tienes atonía muscular, por eso las víctimas de agresión sexual apenas tienen erosiones. La amnesia anterógrada significa que la droga afecta a una zona que se llama hipocampo, donde está la memoria a corto plazo y desde que toma la droga todo se vuelve confuso durante 10 o 12 horas, eso produce luego un sentimiento de vergüenza porque no sabe lo que ha pasado. Y hay automatismos, porque hay procesos que tienes interiorizados y que con la pérdida de memoria reciente no se altera. De esta forma te pido el pin del cajero y me lo das, o puede ser una llave o te hacen firmar unos documentos.

¿Es difícil de demostrar?
Muy difícil. El Ministerio de Justicia tiene activado un protocolo desde 2012 que se conoce muy poco. Si una persona está tomando una copa y alguien del entorno se da cuenta de que ocurre algo brusco, exagerado, está confusa o ves que se la están llevando hay que llevarla a Urgencias. El médico tiene que llamar al forense y el forense tiene que pedir las drogas. Se hace análisis de sangre, aunque si pasan más de 12 horas ya no hay nada, se recoge orina porque puede durar 72 horas y un mechón de pelo generalmente de la parte occipital que sirve como control, a las cuatro o cinco semanas se le cita para recoger otro mechón.

¿Cuál era la incidencia en España?
No lo sabíamos, pensábamos que era excepcional. En países como Estados Unidos, Francia, Inglaterra hubo muchos casos. Por ejemplo en Francia son frecuentes las campañas de televisión con recomendaciones a la población. En Estados Unidos se han vendido 15 millones de un test que detecta si hay ketamina o GHB en tu copa, se pone inmediatamente roja, marcas un número y viene la Policía y si alguien del entorno tiene  esas drogas aunque sea para consumo propio puede tener varios años de cárcel.

¿Existen cifras en nuestro país?
El Instituto Nacional de Toxicología de Madrid hablaba de 325 casos de sumisión química. Es la punta del iceberg porque se denuncian muy pocos casos porque la víctima llega tarde, por sentimiento de vergüenza, porque consumió voluntariamente alcohol o cannabis (es el mismo delito aunque el delincuente que se beneficia de la situación no le haya echado ninguna droga).

¿Qué medidas se pueden tomar?
Es necesario información y educación. Si tienes una campana de Gaus hay un porcentaje personas que jamás coquetearán con las drogas, otro grupo también pequeño que digas lo que digas lo harán, lo importante es la población general. Hoy un tipo drogas emergentes, entre ellas las de sumisión, que te las sirven por internet, hay un descontrol muy importante de la concentración, del tipo de composición química. El cannabis tiene una concentración de un 2% o un 3%, ahora los nuevos cannabinoides sintéticos te los traen a casa con sobres atractivos, no para consumo humano, como abono para plantas y tienen cien veces más potencia. Hubo casos de gente que ha perdido el conocimiento y que ha entrado en parada cardiaca por una isquemia coronaria. Es necesario que la gente conozca las drogas emergentes para saber a qué se arriesga (es un cúmulo enorme de drogas, ahora están las catinonas). También los médicos tenían poca información hasta ahora. Ahora se ven más casos porque hay mas información y el delincuente tiene fácil acceso a través de internet. En el caso de Pamplona, el grupo que se autodenominaba ‘la manada’ en un momento dado hablan entre ellos de ketamina, de la droga k. Llama la atención que alguien vaya con esto si no quieres cometer un delito. 

¿Es difícil combatirlo en internet?
En la red hay un mundo totalmente oculto. En la conferencia de la ONU se vio el fracaso de las políticas de drogas, si penalizas al consumidor no solucionas nada. Se le coge con unos gramos, va a la cárcel, tiene antecedentes y va a agravar este problema. El narcotráfico no es como antes, la heroína podía venir de Afganistán en un largo recorrido. Hoy con el fentanilo, un opiáceo totalmente sintético, es distinto. La heroína es semisintética, necesitas el opio, la planta. El fentanilo se puede hacer en un laboratorio. Vía satélite puedes controlar los campos, pero no si en una habitación con alguien fabricando la droga. Hace poco salió un pueblo de China donde las vacas mueren de infarto. Se descubrió que producían metanfetaminas, catinonas que están invadiendo el mercado. Los desechos iban al desagüe y terminó afectando a los animales. 
 

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