”Claro que existe el diablo, no es que crea en él, es que lo he podido palpar"

El sacerdote Ignacio Domínguez pudo jubilarse al fin como  párroco -estuvo 47 años en Fátima y siete en Sabarís- pero no como exorcista titular de la Diócesis de Tui-Vigo, puesto que mantiene desde hace 20 años. Y donde, a petición del obispo, seguirá realizando el Ritual Romano, ahora desde su retiro en Tui. Siempre ha sido reacio a hablar sobre su encomienda, pero en este caso ha hecho una excepción  y primero ofreció una charla en Cangas y a continuación habló con Atlántico para explicar en qué consiste el exorcismo y cuál su validez. Y asegurar que el Diablo existe con seguridad. Recuerda el sacerdote que  hay dos niveles, los exorcismos propiamente dichos y el "deprecativo", consistente en oraciones que alivian a los enfermos. Exorcismo procede del latín "ex orcos", literalmente sacar la mano del Diablo del hombre. Sobre su conferencia en Cangas, Ignacio Domínguez se mostró no del todo sorprendido por el interés despertado. "Me llamó el párroco y había mucha gente, se nota que hay curiosidad. Llevé un esquema con unas ideas, contando qué es un exorcismo y después explicando como en un cuadro su origen", explica. Según su visión, el marco del cuadro es la doctrina de la Iglesia y dentro del cuadro está Jesucristo, "el gran exorcista", quien distinguía entre sanar a enfermos y ordenar a que de un  hombre saliera un espíritu maligno. Cuenta que en los primeros siglos eran exorcistas los laicos, que también podían hablar de la Doctrina, pero a partir del siglo VI fueron los monjes, hasta el X. Reconoce que en los últimos siglos la Iglesia se retrajo y durante tres siglos se dejaron de hacer exorcismos porque -en realidad- tenían mala fama, "hasta que el Papa Juan Pablo II nombró los exorcistas en cada una de las diócesis, de eso hace ya dos décadas".
¿Hay verdaderos exorcismos o son materia de psiquiatría?
La mayoría es cosa de carácter psicológico, pero hay que atender a la gente que viene. En veinte años han pasado al menos mil personas por mis manos. Y tuve algunos casos impactantes.
¿Cuál fue el que más le ha llamado la atención?
Una chica que me envió un obispo de Castilla. De unos 30 años, muy suave, maja y dulce. Venía con su madre. De tal manera que no entendía por qué me la habían enviado, eso pensé. Pero en cuanto empecé el exorcismo, con una voz horrorosa, me dijo' te odio, te voy a hundir', yo cogí el isopo con el agua bendita, le dije 'yo soy Cristo' y se quedó de inmediato inconsciente, como si le hubiera dado una paliza y luego no se acordaba de nada. Fue una expresión clara de posesión.
Entonces, ¿está convencido de que existe el Diablo e interactúa con los hombres?
Por supuesto, pertenece a la fe católica. Pero no es que crea en el Diablo sino que lo he palpado.