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Ciencias del Lenguaje sustituye el examen teórico por la retórica

El profesor Francisco José Ledo, ayer en el salón de actos de la Facultad de Filología y Traducción
photo_camera El profesor Francisco José Ledo, ayer en el salón de actos de la Facultad de Filología y Traducción

Los alumnos demostraron su saber argumentando sobre los libros que deben ir a Marte

 Los alumnos de Ciencias del Lenguaje y Estudios Literarios pusieron a prueba su capacidad de oratoria para convencer a un jurado formado por veinte personas sobre qué obras clásicas deberían viajar a Marte. Se trataba de la prueba final de la materia de Retórica y fue una iniciativa innovadora del profesor Francisco José Ledo,  que aspira a recuperar el antiguo carácter activo que tenían los estudios literarios.
“Hasta ahora, en la universidad española, todo lo relacionado con la literatura estaba enfocado a estudiar textos preexistentes, no a la creación de nuevos textos. Históricamente el estudio de los textos literarios había surgido como una disciplina auxiliar de la retórica: se consideraba (no sin razón) que conocer en profundidad los textos de los grandes literatos era muy útil para perfeccionar el propio estilo”, explica el profesor en el diario digital de la Universidad. Pero con el tiempo, la retórica propiamente dicha entendida cómo “técnica de la creación activa de discursos”, acabó desapareciendo de las universidades, y sólo se conservó la parte “pasiva”, “el estudio de lo ya escrito por autores precedentes”. Para cambiar esto, el docente señaló que en los últimos años se está intentando recuperar el antiguo carácter activo que tenían los estudios literarios y añadió que “esperamos que todo el  saber acumulado en el estudio de obras precedentes resulte aplicable para la creación de nuevos textos”.
Homero, Herodoto, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Tucídides, Plauto, Terencio, Virxilio, Suetonio, Apuleio: a cada estudiante le asignaron por sorteo un texto de uno de estos autores y tuvieron que preparar una defensa de su idoneidad para viajar  a Marte como obra representativa de la literatura greco-latina. Así, mientras un alumno tenía de persuadir para que la obra elegida fuera la Odisea, por tratarse de un texto que describe una expedición en territorios desconocidos y porque las virtudes del aventurero Ulises son las que debería tener un explorador espacial, como por ejemplo, otro alumno debía argumentar que la más idónea es la Eneida, cuyo héroe también viaja con el objeto de fundar una nueva civilización, etc.
 

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