La alpinista viguesa alcanzó junto a sus compañeras los 500 kilómetros de expedición
n n n Cada vez más cerca de cumplir su objetivo. La alpinista viguesa y exconcejala Chus Lago superó ayer junto a sus compañera Verónica Romero y Rocío García la barrera de los 500 kilómetros sobre las gélidas aguas del lago Baikal, en la región rusa de Siberia. La expedición cumplió su vigésimo primera jornada con éxito y se prevé que alcancen el extremo norte de esta gran masa de agua siberiana en los próximos cuatro días. Este desafío de Lago, Romero y García, que forma parte del proyecto Compromiso con la Tierra avanza a buen ritmo y es probable que culmine antes de lo previsto. Iniciada el 1 de febrero, la aventura siberiana de estas tres intrépidas mujeres estaba previsto que se culminase en el plazo de 30 días aunque su buen ritmo diario en las pasadas jornadas les otorga una ventaja de cinco días.
El Baikal es conocido como la perla de Asia y cuenta con unas dimensiones de sur a norte que rondan los 700 kilómetros, siendo la mayor reserva mundial de agua dulce. El cambio climático, con el consecuente aumento de las temperaturas, está provocando que año tras año esta gran masa de agua se congele durante menos días, afectando al ecosistema y causando una mayor cantidad de metano liberada a la atmósfera. El objetivo del proyecto Compromiso con la Tierra es mostrar las consecuencias de este paulatino deshielo en el que Chus Lago y sus compañeras recorren a diario una media de 23 kilómetros y sin saber con seguridad cuántos centímetros de hielo tienen por debajo.
A la expedición de Compromiso con la Tierra solamente le falta el último impulso y la alegría inunda a las tres protagonistas ante el buen ritmo conseguido durante las últimas jornadas, con el extremo norte cada vez más cerca. En un par de días Chus, Verónica y Rocío firmarán una aventura de las que hacen historia, con el objetivo claro de concienciar del problema del cambio climático.
La primera expedición formada íntegramente por mujeres camina sobre el lago Baikal solamente durante las horas de luz solar para evitar mayores peligros, llevando consigo trineos de unos 80 kilos de peso cada uno en los que arrastran todo lo necesario para pasar los 30 días en territorio siberiano. Durante su travesía, las tres aventureras no realizan paradas de avituallamiento, cargando desde el primer día de expedición con todo lo necesario para sobrevivir en este escenario hostil: la tienda de campaña, combustible, comida en formato seco para 30 días, ropa y equipo eléctrico. Cada noche, cuando el sol desaparece por el horizonte, las tres aventureras montan la tienda de campaña, buscando cobijo en la cosa al amparo de algún cabo. Una vez atornillada la tienda al suelo congelado, preparan un fuego con combustible y derriten hielo con el que cocinan y llenan sus cantimploras. n
