Solo quedan dos grupos de investigación por entrar de los catorce que tenían espacios asignados y están a la espera de que concluyan las obras de la nave taller en el bajo
El Módulo Tecnológico e Industrial (MTI), ese gran “barco varado” junto al área de las ingenierías del Campus, podría estar completamente terminado a finales de enero. Actualmente, ya están trabajando en sus laboratorios la mayoría de los 14 grupos de investigación tecnológica industrial que tenían espacios asignados en este centro: los primeros entraron en mayo de 2016, en enero de este año se añadieron otros cinco y solo quedan dos grupos pendientes de que concluyan las obras de la nave taller. Se trata de la nave situada en la planta baja del edificio, que está actualmente en obras y que albergará grandes instalaciones como un robot de seis metros, láseres de alta potencia, motores de combustión de barcos, calderas de pellets y biomasa, sistemas electrónicos de potencia, entre otros. En paralelo, la Universidad convocará el concurso para dotar de mobiliario a esta zona.
El MTI es uno de los centros de apoyo a la investigación y la transferencia de la Universidad de Vigo, que se agrupan por temáticas. Está dedicado a las tecnologías industriales y se suma a los otros centros de apoyo a la investigación como la Estación de Ciencias Marinas de Toralla, el Centro de Investigación Biomédica, el Cacti (presta servicios a los grupos universitarios y a usuarios externos) y el Citi del Campus de Ourense. Por otro lado, forma parte del llamado “Vigotecnológico” diseñado por la Universidad y que se apoya en cuatro agrupaciones estratégicas: el Centro de Investigación Biomédica y la Bioingeniería, AtlantTIC (Telecomunicaciones), Aeroespacial y la de Industria y Energía (Inex).
Con toda la potencia que tienen las ingenierías en el Campus vigués (algunos de sus grupos están entre los que más recursos captan y algunas de sus disciplinas están en los ránking internacionales), el MTI fue el último en llegar por las complicaciones que sufrió el edificio. Se empezó a construir en 2007 con Fondos Feder y se entregó en 2013 a la Universidad, que tuvo que asumir con fondos propios el paulatino acondicionamiento del edificio y la compra del mobiliario.
Ángel Espada asumió la dirección a principios de 2014. Ese año se definieron los objetivos del centro, se sacó una convocatoria de espacios y se adjudicaron en función de sus méritos a 12 grupos de Industriales y 2 de Minas. A partir de ahí se estudiaron sus necesidades y el edificio, que solo tenía electricidad y el agua de los aseos, pasó a contar a medida que llegaban los presupuestos con fregaderos, gases a presión, aire comprimido, vacío, extracción de humo, unas instalaciones eléctricas más potentes y otras mejoras. Las obras empezaron en 2015 y en mayo de 2016 entraron los primeros grupos, al principio los que solo necesitaban mobiliario y enchufes de toma de datos. Ese año se convocó otro concurso para dotar los laboratorios y en enero de este año pudieron entrar 5 grupos más. Ya solo queda por concluir el equipamiento de la nave, que incluye refrigeración de equipos, extracción de humos, cerramientos, fontanería, entre otras instalaciones. Cuando se acaben estas obras, a finales de enero de 2018, el MTI estará ocupado al cien por cien y produciendo.
