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Cásting para alquilar un piso en Vigo

Los precios del alquiler se dispararon ante una creciente demanda y la reducción del número de pisos libres.
photo_camera Los precios del alquiler se dispararon ante una creciente demanda y la reducción del número de pisos libres.

Encontrar alojamiento se convierte en un auténtico quebradero de cabeza para todos aquellos que no pueden comprarse una vivienda. El proceso adquiere tintes más propios de un reality-show o una entrevista de trabajo

nnn Ver una vivienda, decidir al momento si se acomoda a los gustos y necesidades y adjudicársela es una cosa del pasado. En la actualidad, el mercado inmobiliario en Vigo recuerda cada vez más a esas historias que se hacen virales en redes sociales, salen por televisión o se cuentan entre amigos y conocidos sobre lo difícil que es conseguir alojamiento de cierta calidad y a buen precio en las grandes ciudades españolas. Vigo, la mayor ciudad de Galicia, acercándose peligrosamente a la situación que se vive en Madrid o Barcelona. 
Pisos en los que se aprovecha el salón para convertirlo en dos dormitorios más, habitaciones de menos de ocho metros cuadrados con un coste cercano a los 300 euros o apartamentos en los que cocina, dormitorio y salón son todo uno. 
Dejando a un lado las características formales de las viviendas y habitaciones que se ofrecen, otro de los fenómenos más llamativos que se suceden en el “mundo del alquiler” de la ciudad son los procesos de selección. 

Operación encontrar piso
Personas que buscan compañeros de piso, ofreciendo una habitación y recibiendo cerca de un centenar de solicitudes. Hagamos cálculos y comprobaremos que no todos van a poder quedarse con ese dormitorio. Esto también se repite con los pisos completos. 
Los propietarios ya no se fían del primero que ve el piso y quiere quedarse con él. Aparecen los complejos entramados en los que se solicitan ya no solo fianzas, sino también contratos laborales, las nóminas de los últimos seis meses, seguros o tres avalistas distintos. 
El problema ya no solo ocurre en el centro de la ciudad, la situación se empieza a contagiar en las zonas del extrarradio, obligando a los que buscan piso a acudir rápidamente a cada nueva oferta anunciada. Buscar alojamiento de alquiler en Vigo se convierte en una auténtica odisea comparable a la de Ulises.
La realidad supera a la ficción desde que en los últimos años el sector inmobiliario en la ciudad se viese colapsado por la creciente demanda de viviendas en alquiler y una oferta que fue reduciéndose frente a los pisos disponibles para ser comprados. 
La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) ya arrojó algo de luz sobre este asunto en el informe del primer semestre de 2018. Fegein destaca la reducción de pisos en alquiler en Vigo y la provincia de Pontevedra en los primeros seis meses del año, pasando de 1.700 a 1.200, indicando que el mercado del alquiler gira al alza por la movilidad laboral, el cambio de mentalidad generacional y el descenso de la capacidad para disponer de una vivienda en propiedad. 

Alquilar, la gran odisea
Este cambio en la mentalidad sobre el régimen de vivienda queda patente entre los jóvenes, que ven lejana la opción de emanciparse por culpa de los altos precios y a un mercado laboral con sueldos que no están al mismo nivel.
Delia Lorenzo vive actualmente esta situación. Viguesa, titulada en Enfermería y retornada tras cinco años trabajando en varios hospitales del Reino Unido. Ahora, Delia vuelve a casa para opositar y conseguir una plaza en el Sergas mientras se encuentra en la bolsa de trabajo del servicio sanitario. “Cuando volví tenía claro que quería buscar un piso en Vigo. Ya estoy habituada a vivir de forma independiente y quería lo mismo, pero tengo más gastos como para pagar los alquileres tan altos” comenta. Con un trabajo “bien pagado” pero “en el que no sabes cuando te van a volver a llamar”, reconoce que no se puede independizar ahora mismo “porque igual tengo meses en los que el sueldo no me cubre el alquiler, los gastos y el transporte hasta el hospital”. 
Quien sí tuvo mejor fortuna fue Israel Zambrana, ingeniero industrial formado en la Universidade de Vigo, quien reconoce que el mayor problema a la hora de buscar un piso es “el económico, por lo que ya te simplifica bastante todo el proceso al no disponer de tantas opciones”. Tras trabajar en varias empresas de Vigo y el área metropolitana, Israel tomó la decisión de buscar un espacio para él solo, “algo céntrico para no tener que utilizar mucho el coche, aunque el presupuesto del que disponía no era muy elevado” señala. Zambrana cuenta que utilizó varios portales inmobiliarios, “activando las alertas de nuevas ofertas”. Finalmente, consiguió un apartamento muy bien situado en el que consiguió negociar con el casero el precio final “prorrateando el aval que me pedía, consiguiendo rebajar 15 euros al mes el alquiler” asegura.n

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