"Estábamos saliendo cuando pasó todo. La verdad es que no pensamos que hubiera sido tan grave el accidente", comenta Iria Graña, una joven de 20 años que en la madrugada del lunes se encontraba en el escenario que se hundió en plena actuación.
Esta viguesa recuerda que de repente "escuchamos al cantante que decía a la gente que abriera paso porque había cedido el suelo al lado del escenario y había que evacuar a la gente", después comenzaron a escuchar las sirenas de la Policía, que fueron los primeros en llegar al lugar, y de las ambulancias que acudían para socorrer a los heridos. Iria cree que "aquella no era una buena zona para hacer un concierto, todo el mundo podía ver que las maderas estaban levantadas y que estaba muy cerca del agua".
