La viguesa de origen alemán Margarete Brandt recoge firmas para mantener la denominación inicial del teatro
“Yo siempre conocí el teatro como García Barbón; mis hijas aún lo llaman así, pero mis nietas ya no saben de qué les hablo; si no hacemos algo, en la siguiente generación se va a perder la referencia de quién fue José García Barbón y lo que hizo por esta ciudad, como costear este edificio”. Esta inquietud animó a Margarete Brandt a iniciar una campaña para mantener la denominación original del ahora Centro Cultural Afundación: “¿Qué más da quién sea el propietario? Antes fue Caixanova, después Novacaixagalicia y mañana puede ser el Santander, además no son incompatibles”, asegura.
Casi sin medios y con una carpeta siempre en el bolso, Brandt recoge firmas de apoyo a su iniciativa desde octubre. Acudiendo primero a su círculo más cercano y después a los usuarios del teatro ha conseguido reunir unas 1.800 rúbricas hasta el momento. Desde ayer hay varias hojas de solicitud en la Royal Atlántico, la cafetería anexa al teatro, “por si alguien que no me conozca está interesado en firmar”.
De madre viguesa y padre alemán, un trabajador del Cable, nació en Alemania. La familia se afincó en Vigo en 1949, cuando Margarete tenía cinco años. Administrativa jubilada, a sus 71, lucha por mantener viva la historia local y la de sus benefactores. Su labor despertó el interés de los hermanos Oya, los descendientes de García Barbón, que contribuyeron con doce hojas de firmas.Escapando de cualquier protagonismo, trabaja entre bambalinas, para lograr su objetivo. Se dirigió al Concello, habló con la Fundación de Vigueses Distinguidos, presentó un escrito ante el Valedor do Cidadán avalado por más de 1.600 firmas y continúa sumando apoyos. “No me importan quién se cuelgue la medalla, solo quiero que se mantenga el nombre teatro García Barbón”.
En el lateral izquierdo del edificio un cartel le da nombre de Afundación como se conoce oficialmente. A la derecha, otro recuerda su denominación original y su nueva etapa.n
