Miles de peregrinos recorren la ciudad de Vigo y su entorno realizando el Camino Portugués por la Costa
Solamente quedan siete días para que Santiago de Compostela celebre el día grande del Apóstol y la llegada de peregrinos no ha dejado de crecer desde que comenzase este año. Vigo y varias localidades del entorno forman parte del itinerario del Camino Portugués por la Costa y como tal, reciben a diario a numerosos caminantes con Compostela como última parada.
"La única preocupación que hay en el Camino es colocar bien un pie delante del otro" afirma Marian Slavien, una peregrina irlandesa que realiza el Camino de Santiago por cuarta ocasión. "Salí hace siete días desde Oporto y es la primera vez que hago el Camino Portugués por la Costa. Es precioso y durante dos o tres semanas encuentro la paz que necesito para evadirme de los problemas del día a día" reconoce Marian antes de hacer una parada en la Praza de Compostela en busca de algún bar en el que descansar y reponer fuerzas.
De los distintos itinerarios que existen para llegar a Santiago de Compostela, el Camino Portugués por la Costa es el que más ha crecido durante los últimos meses, con más de 5.000 peregrinos según los registros del primer trimestre del año.
La familia Salazar conoce muy bien esta ruta. Llegados desde Washington D.C., Emanuel y sus hijas Madison y Brianna hacen el Camino de Santiago como una tradición familiar. "He venido tres veces y siempre aprovecho para traer a mis hijos. La primera vez ya fue por el Camino Portugués por la Costa" destaca Emanuel, que reconoce haber hecho muy buenos amigos en Vigo.
Para Madison y Brianna es la primera vez que peregrinan hasta Santiago de Compostela y están encantadas con la experiencia. "A veces es muy duro, pero al final del día te quedas con una sensación increíble" afirma Brianna Salazar. "Una de mis hijas todavía no ha venido y pienso volver con ella para que conozca el Camino" comenta Emanuel antes de continuar con su visita a Vigo acompañado por sus hijas.
La mayoría de peregrinos destacan que la belleza de las vistas a la Ría de Vigo es uno de los puntos fuertes de esta rutaque además sirve como una de las mejores terapias que existen para reencontrarse con uno mismo y despejar la mente de aquellos problemas cotidianos que la rutina trae a sus vidas.
