VIGO

Aquella Caja que perdimos y que la ciudad no debe olvidar

Aproximación histórica a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de Vigo

El 25 de julio de 2014, los rectores de Abanca, antes Novagalicia Banco, antes  Novacaixagalicia, antes Caixanova, antes Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de Vigo, decidieron imponer el cobro de una comisión por cada talón, expedido por cualquiera de sus clientes, y que fuera presentado al cobro, en cualquiera de sus oficinas, distintas a que tuviera la cuenta el emisor, en el caso de que el cobrador no tuviera cuenta en la entidad. Todos los bancos lo hacen. Pero es una evidencia más de, aunque sea un pequeño detalle, de cómo han cambiado y van cambiando las cosas en lo que antes era la “Caja” de Vigo. Ha cambiado algo más que el espacio físico de aquellas magníficas oficinas centrales, de granito lustroso, donde conocías a todos y todos te conocían. 
Con independencia de las causas que condujeron a la desaparición de Caixanova, no parece que la ciudad haya calibrado suficientemente lo que esto significa para Vigo este hecho, dada la historia y vinculación de la que fuera Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Vigo y su decisiva influencia en la propia transformación de la ciudad y en la vida de sus vecinos. El lamentable periodo final de su existencia (“Preferentes” incluidas) no nos puede hacer perder la perspectiva de lo que fue nuestra Caja. La labor cultural y divulgativa desarrollada por su Obra Social, su respaldo a la creación primero del Colegio Universitario y luego de la Universidad; la Escuela de Negocios, la Escuela Hogar, las primeras guarderías, la primeras viviendas sociales (promovidas a partir de 1924); la gran escuela de democracia y adelantado foro de libertades, en los últimos años del Franquismo que fue el primitivo Centro Cultural ubicado en la parte posterior de edificio principal, son aspectos de enorme valor e importancia en la historia reciente de Vigo. Y todo ello aparte de su labor como caja, en cuanto al apoyo a la industria y a las familias, la promoción del ahorro y hasta el Monte de Piedad.

EL ESPÍRITU EMPReNDEDOR DE LA CIUDAD
En 1955, con motivo de los primeros setenta y cinco años de existencia de la entidad se publicó un interesantísimo folleto, ilustrado con valiosas fotos históricas, donde se contaba la historia de la Caja y los servicios prestados a la ciudad hasta entonces. Vamos a sumergirnos en sus páginas, pues no hay guía mejor que el propio relato.
Dice el prólogo del libro que “El espíritu que impulsó el desarrollo la Caja de Ahorros de Vigo es el mismo que animó la vida de la ciudad y su crecimiento. La historia de nuestra Institución y la de Vigo corren entrañablemente 
En 1880 era Vigo un minúsculo centro urbano. No hacía mucho que naciera como ciudad, después de haber sido tan sólo un pequeño puerto de pescadores. Quizás el hallarnos aligerados de esa carga de historia que pesa sobre todas las viejas ciudades de nuestro país y del continente, nos haya deparado este fecundo ímpetu constructivo animador del rápido desenvolvimiento de la urbe. 
Para las gentes del resto de la Región, Vigo ha venido a ser algo como una América inmediata, al alcance de la mano. Y aquí se han cristalizando su esfuerzo, formando su familia. Vigo es, en efecto, la antesala de América, y sus amplios horizontes guardan las rutas de todos los mares. Su suelo está abierto para todas las gentes y aquí especialmente, arraigaron catalanes y castellanos confundiéndose con nuestros propios orígenes, sirviendo de estimulante o catalizador para las virtudes autóctonas más soterradas; este carácter amplio, abierto, dinámico, es el que ha dado su fuerza y su color a la ciudad, y es el que -ya se ha dicho-ha movido el desenvolvimiento de nuestra Caja.  Espíritu que se identifica con el del Ahorro benéfico; en contraste con el irracional y estéril atesorar del avaricioso, socialmente destructor y negativo, tenemos aquel esfuerzo fructífero de la disciplina y previsión del trabajo, que acopia para acrecer y multiplicar pródigamente en el futuro”. 

ASÍ NACIÓ LA CAJA
Seguimos el relato de cómo surgió la Caja que, hasta tiempos bien recientes, estaba respaldada y garantizada por el propio patrimonio municipal, siendo el alcalde, presidente del Consejo de Administración:
“En el año 1880 era Alcalde de la ciudad el Excmo. Sr. D. Manuel Bárcena y Franco, primer Conde de Torre-Cedeira, prócer honrado y cabal, poseedor además de una vasta ilustración con la que vivía incorporado a las avanzadas de la civilización de su siglo. De su perenne contacto con ésta, nació en su mente y en su corazón la idea y el deseo de ofrendar a Vigo algo que patentizaba su comunión con el progreso de su tiempo. 
Nacida la idea,  formose  el propósito firme de realizarla y a tal fin, en 15 de enero del citado año, hallándose en la Presidencia de la sesión que el Ayuntamiento celebraba aquel día el Excmo. Sr. Alcalde expuso que, con objeto de proporcionar a las clases poco acomodadas medios de adquirir hábitos de economía y recursos con que atender a sus urgencias y necesidades, se proponía estudiar la necesidad de establecer en esta población una Caja de Ahorros, siempre que la acogiese bajo su patronato y garantía el Excmo. Ayuntamiento, cuyo Depositario podría dirigirla en un principio. 
La Comisión de Hacienda, en concienzudo dictamen de 15 de Junio, emitió informe favorable sobre el proyecto de Estatutos, y salvo ligeras modificaciones en algún que otro artículo, lo expuso a la resolución del Excmo. Ayuntamiento que fue aprobatoria según acta de sesión de 17 de Junio, en la que consta que la Corporación acordó aprobar por su parte dichos Estatutos que se elevarán a la sanción del Iltmo. Gobernador civil. 
Aprobados por éste, y más tarde por S. M. el Rey en R. O. de 7 de Agosto, quedó constituida de hecho la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Vigo. Salvadas las formalidades protocolarias para la constitución de la entidad, tenía que empezar a vivir su vida, y a tal efecto, en la sesión del 14” 
Según acta de la citada sesión de 15 de enero, “El Excmo. Cuerpo municipal comprendiendo lo beneficioso, útil y transcendental de llevar a cabo la feliz idea que ha concebido el Sr. Alcalde, acordó tributarle merecidos plácemes por su iniciativa, y aceptando con entusiasmo la ocasión que le ofrece de patrocinar y garantizar con su crédito la buena gestión de los intereses que se decidan a imponer los vecinos, ha resuelto aceptar el honroso título de patrono de tan filantrópica institución y excitar al señor Alcalde a que termine sus estudios sobre el asunto”.

Y el proyecto se consumó:
“El Sr. Alcalde demostró la conveniencia de que se procediese a sortear los cuatro concejales y elegir los tres vecinos que en observación del arto 5.° de los Estatutos habían de formar la  Junta de Gobierno de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Considerando la Excelentísima Corporación municipal muy acertado lo propuesto por su Presidente acordó proceder al sorteo y designación mencionados y por virtud de ambas operaciones resultaron vocales de la referida Junta los señores concejales D. José Luis Pando González, D. Manuel Verde Martínez, D. Leonardo González Hernández y D_ Segundo Torres Ruiz, con los vecinos D. Simeón de Oya López, D. Manuel Lorenzo del Río y D. Eduardo Iglesias Añino, a quienes se comuniquen los nombramientos. De esta manera y bajo la presidencia del Alcalde, Presidente nato de la Institución según los Estatutos, quedó designada la primera Junta de Gobierno de nuestra Caja de Ahorros, cuya constitución efectiva tuvo lugar en la Casa Consistorial de Vigo el 13 de Septiembre de 1880”. 

desarrollo ECONÓMICO INICIAL
De cómo se desenvolvió económicamente la Caja de Ahorros en sus primeros tiempos, puede dar idea el dictamen que con fecha 15 de Junio emitió la Comisión de Hacienda, “la cual, tuvo la satisfacción de consignar en el presupuesto que ha de regir en 1880 a 1881, mil quinientas pesetas como haber del tenedor de libros que hará las veces de Secretario y mil pesetas más para los gastos de instalación e intereses de las primeras imposiciones, cuyas cantidades ya obtuvieron la aprobación del Excelentísimo Ayuntamiento, de la Junta de Asociados y del Iltmo. Sr. Gobernador civil de la Provincia, las cuales si aparecen insignificantes es por creer que por el momento serán de poca importancia las imposiciones y en atención a que el tenedor de libros-secretario, solo tendrá dos días de trabajo en la semana. Se hizo caso omiso de la consignación de sueldos para los demás empleados necesarios ya que por hoy podemos contar con la filantropía y generosidad del actual depositario de la Corporación, D. Fernando Conde Domínguez, quien la desempeñará gratis mientras las utilidades de la Caja no den para recompensar sus servicios de Tesorero y ya que por las mismas causas hará las veces de portero uno de los actualmente empleados al servicio de la Corporación”.  Es decir, que este empleado no cobraba por su trabajo.n

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