Una voluntaria portuguesa, de vacaciones, vio a las mujeres "que parecían dormidas"
Luzia Azevedo Barbosa, una joven de Vila do Conde, bombera voluntaria en Portugal -una organización tradicional que es toda una institución en el país vecino- tuvo un papel clave para evitar la muerte "in situ" de las dos jóvenes, de 20 y 34 años, que aparecieron la pasada semana en estado crítico en el monte de O Castro, probablemente un doble intento de suicidio pactado.
Según lo que hasta el momento ha concluido la investigación, ambas habrían ingerido algún tipo de barbitúrico todavía por determinar, por lo que fueron trasladadas con urgencia a Xeral y Povisa. Eran pacientes de la unidad de psiquiatría del hospital Nicolás Peña y una de ellas estaba de fin de semana y la otra había dejado el centro recientemente. Allí se conocieron y quizá tomaron la dramática decisión, que incluyó un mensaje a sus familiares escrito con rotulador.
Según explicó a este diario la propia Luzia Azevedo, estaba de paseo por O Castro, de vacaciones en Vigo, cuando a la altura del estanque de los patos -bajo la fortaleza- vio que había dos mujeres que parecían dormidas. No obstante, por su experiencia en emergencias pudo darse cuenta de que una de ellas soltaba espuma por la boca, claro síntoma de intoxicación. Comenzó a realizar ejercicios de reanimación cuando llegó la primera ambulancia asistencial, aunque sin médico. Minutos claves, según advierte la joven portuguesa. Poco después llegó una segunda unidad con un doctor, evacuando de urgencia a las dos mujeres jóvenes.
