JESÚS IRISARRI Arquitecto vigués, premiado en la Bienal de Venecia

‘El arquitecto no tiene la libertad creativa del artista, se debe a la funcionalidad y la técnica’

Jesús Irisarri comparte estudio en Vigo desde 1989.
photo_camera Jesús Irisarri comparte estudio en Vigo desde 1989.

 Jesús Irisarri (Vigo, 1958) es uno de los arquitectos seleccionados para el pabellón español de la Bienal de Venecia, premiado con el León de Oro. Comparte estudio y proyectos con Guadalupe Piñera desde 1989 en Vigo.

Además es profesor de Proxectos arquitectónicos en la Universidade da Coruña. Hace unos meses, su estudio recibía otro galardón, esta vez de la Bienal española por la rehabilitación de cuatro edificios en el Casco Vello para albergar los registros de la Propiedad y el Mercantil. 

Su participación en la Bienal de Venecia fue con la rehabilitación de una vivienda unifamiliar en Tomiño. ¿En que consistió la intervención?
Se partía de una construcción preexistente, compuesta por pequeñas edificaciones de piedra (casa familiar, alpendre y hogar). Lo transformamos en una vivienda para una familia. Mantuvimos los elementos valiosos y adecuamos los espacios a las necesidades de hoy. Ahora tenemos un concepto diferente de casa, buscamos disfrutarla más tiempo. Por otra parte, también la abrimos a la Naturaleza que la rodea. Respetamos los muros de piedra y generamos dos tipos de espacios, los interiores más introvertidos y los que entran en contacto con el exterior a través de una cristalera. 

Cuando se trabaja sobre una edificación anterior, ¿qué criterio se sigue a l combinar los materiales ya existentes con los nuevos?
Hay algo que va más allá de los simples motivos estéticos. Lo principal es que funcione bien y que sea eficaz técnicamente. Los materiales tienen que estar al servicio de la gente para construir espacios mejores. Aquí creamos estancias extrovertidas por lo que usamos mucho cristal. Se escoge no tanto para que se lleven bien con lo antiguo, sino en relación con su razón de ser.

¿Cuánto tiene un arquitecto de artista y cuánto de técnico?
La arquitectura tiene una parte plástica importante en relación con la construcción espacial y la presencia visual, algo que comparte con el mundo artístico. Sin embargo, el arquitecto no tiene esa libertad creativa, ya que se debe a la funcionalidad y a la técnica. El primer objetivo de la obra es que sirva. Además está condicionado por los presupuestos.

Otra de sus obras fue premiada en la Bienal española. ¿Mantiene características con la de Tomiño?
Es diferente en cuanto al contexto y a la situación. En el Casco Vello se trabaja sin visión, con la sensación que provocan las calles estrechas. Sí comparte elementos con la otra actuación, pero aquí estaba condicionado por la historia de la ciudad. Nos limitó, pero a la vez nos daba pistas de por donde ir.

En su estudio diseñan desde rehabilitaciones  a auditorios o centros de salud. ¿El uso del edificio marca el modelo constructivo?
Varía según la actitud personal del arquitecto. Hay los que se decanta por las fórmulas más conocidas. Nosotros desde siempre hemos querido  que aportar y buscar para avanzar con la sociedad. Tenemos una vocación de servicio que se tiene que ir adecuando a las nuevas maneras. Un colegio de hace cien años no es igual a uno de hoy. El primer desafío es conocer cómo se hizo antes y pensar cómo mejorar.

Después de la crisis del ladrillo, ¿empieza a recuperarse el sector?
La construcción vivió un momento histórico, donde se hicieron más viviendas en España que en toda Europa. Hay una inmensa bolsa de viviendas vacías. Coincidió con una época en que el país se dotó de infraestructuras importantes como Palacios de Congresos, auditorios. Ahora no hay nada. Ese volumen de trabajo no va a volver y aquí en Galicia el parón es total. Se va haciendo lo que se puede, desde una reforma de cocina a un edificio.

Comparte estudio con la arquitecta Guadalupe Piñera. ¿Cómo se reparten los proyectos?
Se ha transmitido una idea decimonónica del arquitecto como un señor que sacaba un idea y la plasmaba en un papel. En realidad es un profesión complejísima en la que participa un montó de gente. Se parece a una película. Se puede trabajar en conjunto, entremezclando ideas de unos y otros.n 

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