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El derribo del Xeral se retrasará varios meses al aparecer amianto

En los cristales del antiguo Xeral aparecen advertencias sobre el peligro del amianto.
photo_camera En los cristales del antiguo Xeral aparecen advertencias sobre el peligro del amianto.

La Xunta añade dos meses pero licitará igualmente en plazo la segunda fase de las obras, que se alargarán

 La demolición interior del antiguo hospital Xeral y completa de algunos de los edificios anexos para su adaptación a la nueva Ciudad de la Justicia ha traído una sorpresa desagradable que obliga a la Xunta, a través de la Consellería de Xustiza, a modificar su calendario, que finalizaba en 2019. La operación de derribo que lidera la empresa viguesa XAC (Xestión Ambiental de Contratas SL) se inició hace cinco meses y en su desarrollo se han encontrado con la aparición del peligroso material de amianto con el que no se contaba, lo que ha exigido repensar el plan y realizar algunas modificaciones que alargarán plazos y exigirá incrementar los gastos.
Desde Vicepresidencia y Consellería de Xustiza se explicó que al llevar a cabo las obras de demolición se constató la existencia de amianto, un material ahora prohibido por su toxicidad y cuya retirada resulta muy compleja. 
De momento, será preciso eliminar todo el amianto antes de demoler el denominado edificio curvo -un anexo situado ante el Xeral- lo que tendrá como consecuencia que se van a incrementar los costes y también, añadió el portavoz de Xustiza, “retrasar brevemente la conclusión de esta fase de derribo, aproximadamente dos meses, hasta febrero” de 2018. 

CAMBIO OBLIGADO
El cronograma aprobado contemplaba que las obras tendrían que estar terminadas en diciembre, dentro de apenas un mes. Ya no será posible y habrá que añadir al menos dos meses más. No obstante, en la Consellería de Xustiza se añadió que la Xunta continúa con el procedimiento administrativo en paralelo y por tanto, tiene previsto licitar en breve la segunda fase de las obras (la rehabilitación y reforma del edificio para sus nuevos fines), estando previsto que  esté finalizado el derribo para cuando se inicie la ejecución de la segunda fase. 
Por tanto, con las modificaciones obligadas, ya en 2018 se iniciarían la remodelación de la torre para su adecuación y se completarían a lo largo de 2019 y probablemente los trabajos se alargarán con seguridad hasta 2020. 
La Xunta dotó con 12 millones las obras de reforma y rehabilitación en su Presupuestos para 2018 y habrá otros 13 millones en los de 2019, además de un añadido obligado, forzado por la aparición del amianto, 
En la obra hay en estos momentos un total de 56 personas trabajando en las dos actuaciones principales: vaciado de la torre y demolición de los edificios anexos -salvo los destinados al centro sanitario de Pizarro- y destaca la machacadora instalada que permite destruir la piedra que se va extrayendo de las zonas de derribo donde se trabaja.
El proyecto que será licitado y adjudicado, pero que tendrá que esperar unos meses hasta su puesta en marcha, contempla una vez demolidos los espacios, urbanizar una gran plaza peatonal ante la Ciudad de la Justicia que se llamará Miguel Ángel Blanco por decisión del pleno a propuesta del grupo popular. La idea es que la torre sea blanca y permita que todos los servicios judiciales y administrativos vinculados a la Administración de Justicia se trasladen al complejo, además de otros vinculados como la Policía Autonómica o el departamento de Medicina Legal, entre otros. 

El peligro mortal del contacto con un material cancerígeno

El amianto, o asbesto, es uno de los componentes del fibrocemento, un material de construcción que en España fue comercializado por la empresa Uralita, de ahí que comúnmente sea conocido como uralita. Está compuesto por fibras microscópicas que pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para que representen un riesgo respiratorio.
El simple hecho de estar en contacto con el amianto no no supone apenas riesgo para la salud. Pero la situación cambia cuando el contacto es prolongado y se manipula el material de manera que las fibras pasen al aire y sean fácilmente respirables. Esto pasa precisamente en operaciones como la puesta en marcha en el Xeral de derribos, trabajos como el corte, taladro, rotura o cuando el material está muy envejecido. Estas fibras pueden adherirse a la ropa por lo que el riesgo de pasar al aire respirado aumenta. Por eso se ha decidido hacer un alto hasta aclarar el desarrollo de los trabajos.
Según señalan los expertos las enfermedades que puede provocar la cercanía con el amianto son  del aparato respiratorio. Destaca en especial el cáncer de pulmón como la más mortal de las enfermedades que afectan a las personas expuestas al amianto. El amianto se considera un carcinógeno, es decir, un agente externo físico, químico o biológico capaz de producir cáncer, como es el tabaco. Las señales de aviso ya están instaladas en el edificio.

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