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El ambiente más navideño

Padres, abuelos y niños disfrutan del tren de Navidad en la Plaza de Mercado del Progreso
photo_camera Padres, abuelos y niños disfrutan del tren de Navidad en la Plaza de Mercado del Progreso

El centro de Vigo está lleno de atracciones infantiles e iluminación. Los más pequeños de la casa podrán disfrutar hasta enero de las fiestas en el mejor ambiente posible

n n n Los primeros días de Navidad llegan acompañados de atracciones por todo el centro de la ciudad: el tiovivo de Porta do Sol, el tren de Navidad en la Plaza del Mercado del Progreso o la pista de hielo del Náutico son algunas de las opciones que niños y adultos de todas las edades ya pueden disfrutar. Hasta el final de las vacaciones navideñas, el 7 de enero, de lunes a viernes estarán disponibles de las 17 a 21 horas, pero los fines de semana se puede acceder a ellas ya desde las 12 y adelantando la apertura a las 16.30. 
Nerea, en la taquilla del tiovivo, comenta la gran afluencia de los viernes, sábados y domingos y apunta que empieza a llenarse a partir de las seis de la tarde. Los más pequeños pueden subir acompañados de un adulto, que no paga entrada. Se quedarán en Porta do Sol hasta febrero. 
Al poco tiempo de empezar a funcionar el tren navideño, la Plaza de Mercado del Progreso se llena de niños acompañados de padres o abuelos, muchos de los cuales se montan también. La proximidad entre las atracciones y su atractivo precio aumentan las visitas. 
Pilar Iglesias disfruta con su nieta en el tren de Navidad y habla de lo mucho que le gusta el ambiente. A pesar de que es su primera vez debido al mal tiempo de los días anteriores, planean volver durante las vacaciones. Antonio Álvarez ya ha llevado a su nieta a todas y asegura que volverá a hacerlo.
Tanto la iluminación navideña como las atracciones en general y, especialmente, la pista de hielo situada en el Náutico junto a los coches eléctricos y colchonetas hinchables, son un reclamo. Almudena Guzmán y Jorge Lemos, ourensanos que observan la pista con su hijo en brazos, comentan que han vuelto tras su visita el día del encendido navideño. Les gusta pasear por el ambiente y echan de menos una iniciativa así en su ciudad. Por su parte, el monitor Borja Cheillada afirma, divertido: "Mi trabajo consiste en vigilar y recoger del suelo a grupos  de amigos con bastante frecuencia, aunque también viene gente sola que ya sabe patinar e incluso traen de casa sus propios patines". Aquí el precio es diferente: una sesión de 45 minutos cuesta siete euros. Los guantes son obligatorios y en caso de no llevarlos, se pueden obtener allí mismo pagando un euro más.n

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