El domingo, las redes y los whatsapp aceleraron el paso con mayor rapidez que las llamas con una sucesión de hechos, rumores y bulos que se propagaron como acelerantes de la tensión existente. El alcalde vigués incluso se refirió a ello lamentando la confusión.
El más llamativo fue un mensaje de voz donde una mujer anónima anunciaba que a partir de las 12 de la noche se cortaría el agua y la luz y advertía de coger velas y llenar bañeras. No era cierto, sería exactamente lo contrario, aunque en algunos lugares se fue el flujo eléctrico a causa de los incendios. A continuación se propagó que el agua dejaba de ser potable y que se pedía a la población que no la consumiera del grifo. Tampoco era cierto
Otro que también tuvo éxito era una pareja de jóvenes enmascarados en una moto que habrían sido vistos con gasolina, autores de varios incendios y detenidos por la Policía. Había incluso fotos, pero no tenían nada que ver con la realidad. A día de hoy habría unos 150 identificados por la Policía, pero no cosnta que haya ningún detenido.
En plena ola, había fuegos por todas partes, incluyendo algunos lugares asombrosos como la Gran Vía o Plaza de España, pequeños incendios que fueron apagados con cierta rapidez. Pero también se aseguraba por las redes que A Guía y el Alba eran pasto de las llamas.
Pero quizá el que mayor éxito tuvo fue el bulo repetido mil veces de que el Campus Universitario estaba ardiendo y en concreto la Facultad de Químicas y la Escuela de Ingeniería Industrial habían sido alcanzadas de pleno. En realidad, la Residencia de universitarios fue desalojada por el humo y la cercanía del fuego, que no alcanzó al Cuvi aunque sí a su entorno.
Tampoco los hospitales corrieron peligro. Pero el Cunqueiro se vio obligado a remitir un aviso oficial a las diez de la noche afirmando que no había ninguna previsión de desalojo del complejo ante las cientos de llamadas de familiares, alertadas por otros tantos Whatsapp que deban por seguro la evacuación del centro. Otra mentira más que elevó hasta el terror el miedo que ya sentían miles de personas.