MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA Presidenta de la Fundación Mujeres por África y exvicepresidenta del Gobierno

“África ha tenido y tiene presidentas y en España no hemos tenido ninguna”

Fernández de la Vega destaca el movimiento feminista africano.
photo_camera Fernández de la Vega destaca el movimiento feminista africano.

 María Teresa Fernández de la Vega Sanz (Valencia, 1949) hizo historia en 2004 al convertirse en la primera mujer vicepresidenta primera del Gobierno.

Licenciada en Derecho por la Complutense ha ejercido responsabilidades en los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. En 1989 ingresó como magistrada en la carrera judicial, formó parte del Consejo General del Poder Judicial y en 1996 fue elegida diputada por el PSOE. Ahora es consejera permanente del Consejo de Estado, el máximo órgano consultivo del Gobierno, un cargo que tampoco antes había sido ocupado por una mujer, y su pasión es la Fundación Mujeres por África, que creó en 2012. Mañana lunes estará en Vigo en Foro Atlántico (Auditorio Mar de Vigo, 20.15 horas).


¿Por qué su interés por las mujeres africanas y por qué nace esta fundación?
Esta fundación tiene su origen en el trabajo que llevé a cabo cuando estaba en el Gobierno con las mujeres y las líderes africanas. Surgió una relación a través de la cual creamos una red de mujeres. Hicimos seis encuentros de mujeres españolas y africanas, cuatro en África y dos en España. Cuando dejé el Gobierno me llamaban y me preguntaban ¿y ahora qué hacemos? Así nace algo que ya tenía pensado con una fundación.


Y ya lleva casi siete años.
Hemos desarrollado un trabajo muy innovador y con mucho impacto para la vida de las mujeres. Tenemos por delante un campo de actuación maravilloso para promover la igualdad, el desarrollo, el avance de las sociedades y particularmente poniendo a la cabeza a quien durante muchos siglos ha hecho el trabajo de manera invisibilizada.


¿En qué países del continente está la fundación?
Nuestro proyecto es muy ambicioso y no quiere dejar atrás ningún país africano, el objetivo es toda África. Ahora estamos en unos 15 países y con mujeres de más, porque hay por ejemplo un programa con líderes políticas en el que han participado ya 19 países. Tenemos proyectos de emprendimiento, de liderazgo o el programa de becas. Tenemos 53 becadas africanas en distintas universidades.


Con el programa Learn Africa ¿planean traer a estudiantes a universidades gallegas?
Ya tenemos en Santiago porque tenemos acuerdo con las tres universidades. Con la de Vigo firmaré el acuerdo el martes, ya está firmado en Santiago donde hay una mujer con un máster y tenemos que firmar el de Coruña, pero ya hay el acuerdo.


Partiendo de la base de que África es un continente muy grande, diverso y un gran desconocido para los europeos ¿cómo es trabajar allí con mujeres en el campo de la igualdad?
Es una gran oportunidad y un privilegio trabajar con las mujeres africanas, porque tienen tanto que aportar, tantas ideas. En África el matriarcado existió mucho tiempo y las mujeres son luchadoras y comprometidas y al mismo tiempo tienen una enorme capacidad para hacerse cargo de lo que las rodea y con una disposición enorme a aprender. Es un trabajo apasionante. Son las grandes desconocidas de la comunidad internacional porque las constituciones más avanzadas en cuanto a reconocimiento de los derechos de las mujeres están en África. La Constitución sudafricana fue la primera que reconoce derechos de las mujeres, la de Ghana y la última la de Túnez que incluye el derecho a la igualdad o a la democracia paritaria. El movimiento feminista en África es muy potente. Esperemos que el siglo XXI sea el siglo de las mujeres, pero no lo será si no están las africanas, porque son muchas y muy potentes. También tienen muchos problemas y hay que ayudarlas a superarlos, con situaciones terribles.


También hay en África grandes líderes mujeres poco conocidas en Europa.
Es que África tiene muchas cosas que nosotros no tenemos. Han tenido y tienen presidentas, primeras ministras y en España no hemos tenido ninguna hasta el momento. Como la presidenta de Liberia que acaba de dejar el gobierno y fue Premio Nobel de la Paz (Ellen Johnson Sirleaf), la de Malawi (Joyce Banda), la primera ministra de Mozanbique (Luisa Diogo), de Senegal (Aminata Touré) y hasta han tenido una presidenta de la Unión Africana (Dlamini-Zuma), que en la Unión Europea todavía no hemos tenido. Hay mucha capacidad, un liderazgo potente y nosotros estamos trabajando para que crezca, porque ese liderazgo tiene que servir para mejorar sus vidas y abordar los grandes retos que tiene África.


¿Qué retos destacaría?
Uno de los más importantes es la salud. Bueno, en todo el mundo, porque el objetivo de desarrollo del milenio peor valorado ha sido el de la salud materno-infantil y los datos son escalofriantes. Cada día mueren 800 mujeres por problemas materno-infantil y dos tercios están en África. Es intolerable y un reto de la comunidad internacional. Así que para nosotros es prioritario porque afecta a más de la mitad de la ciudadanía. Hay que trabajar en ello y no solo desde la perspectiva sanitaria, también de la educativa y formativa, tanto a profesionales de la salud como a las propias mujeres en hábitos saludables. Universalizar la terminación del segundo ciclo de la enseñanza secundaria para las mujeres en el África Subsahariana para 2030 tendría como resultado una reducción de entre 300.000 y 350.000 fallecimientos de niños al año en 2050. Porque la cultura en hábitos alimentarios y sanitarios la transmite la madre. 


Este año tienen un gran objetivo, que es la apertura de la primera sede en suelo africano.
Es nuestro proyecto estrella Creemos que es muy importante tener una sede física de la fundación en África, que va a ser un centro de las mujeres africanas, de ellas y para ellas. Estamos con la obra de rehabilitación de un edificio en el norte de Marruecos en Nador. 


Con este trabajo de la fundación hacen una labor que deberían hacer los gobierno en el ámbito de la cooperación.
Todos tenemos que hacer este trabajo y el nuestro es un trabajo que corresponde a la sociedad. Otra cosa es que los gobiernos también tienen que hacer su trabajo. Todos tenemos que colaborar, cada uno tenemos nuestra parte en cooperar para construir un mundo mejor para generar igualdad, progreso y desarrollo. En este momento falta retomar el compromiso de las instituciones en la cooperación al desarrollo, que hay que cambiar y modernizar porque no se puede seguir haciendo lo mismo que hace veinte años, hay que mirar cuáles son las necesidades de la sociedad de hoy, que es una sociedad de la información y la comunicación. Eso es lo único que va a generar paz y seguridad. Tiene que ser un avance de todos porque en un mundo globalizado todo está interconectado y llega. Hay que hacerlo por razones de justicia y equidad, porque hay una deuda. Si no les va bien a ellos no nos va a ir bien a los demás tampoco.


Aquí que seguimos hablando del techo de cristal, del techo de cemento o del suelo pegajoso ¿cómo es la desigualdad en África?
Es africana. Es una sociedad que ha avanzado mucho en algunos temas pero es muy fracturada, con una enorme desigualdad, con una brecha enorme entre determinados sectores de la sociedad que están colocados en primera línea y que avanzan y una gran inmensidad de ciudadanos que están fuera del sistema. Ahí la mayoría son mujeres, las más pobres siempre.


Usted que trabaja con mujeres que sufren la desigualdad ¿qué le parece el pacto de Estado contra la violencia?
Estoy muy contenta, bienvenido. Creo que es imprescindible que desde las más altas instituciones del Estado se adquiera conciencia y se visibilice que no vamos a tolerar la violencia contra las mujeres. Las más altas instituciones reconocen que hay violencia y están en contra y dispuestas a poner todos los medios para acabar con ella. Es intolerable en una sociedad democrática donde existen estos datos de violencia contra las mujeres. A partir de ahí lo que hay que hacer es poner medios y tener un programa para acabar con esto. No es fácil pero hay que trabajarlo. Ahora hay que dar el segundo paso que es dar contenido a un programa activo, innovador, poderoso y en el que haya medios adecuados, campaña de comunicación, recursos, ejemplos y un plan de acción. 

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