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“La actividad ilícita de Marino es frenética”, declara la Udyco

Marino Giménez acude al juicio  //   Vicente Alonso
photo_camera Marino Giménez, ayer, a su llegada a los juzgados de Vigo para la celebración de la vista. // Vicente Alonso

Un responsable policial señala que el clan de los Morones “lograba servidumbres con préstamos”

nnn La segunda jornada del juicio que se sigue en la sección quinta de la Audiencia contra Marino Giménez y otros seis acusados de formar un presunto grupo criminal dedicado al tráfico de drogas y a quien se le atribuye el intento de robo a unos supuestos narcos de medio kilo de cocaína, estuvo marcado por la declaración del responsable policial de la Udyco. El agente aseguró que la “actividad ilícita de Marino es frenética” y señaló al hermano de Sinaí Giménez como el cabecilla del grupo el que lo dirigía. La investigación se inició, según relató, sobre el clan de los Morones al sospechar su relación con diferentes delitos. A raíz de una reunión en Ribadavia se centraron las pesquisas en Marino y se descubrió, afirmó el agente, que se estaba preparando una operación en colaboración con un agente de la Guardia Civil. “Desde el principio las escuchas evidencian su relación con el narcotráfico”, afirmó mientras añadió que utilizaba un argot para referirse a este tema y eludir a la Policía así se refería a piezas de coches, crudo o cocido. Respecto a las conversaciones que Marino mantiene con Enrique, el agente de la Guardia Civil, también señala un lenguaje cifrado. El miembro del clan de los Morones “ejercía una superioridad con el agente, al que incluso le daba órdenes”.
“Policialmente -aseguró- no hay ninguna duda de la implicación del guardia civil”. Para el agente de la Policía Nacional, el plan era  que el agente hiciera un “teatrillo” en el que otro de los acusados, que viajaba en el coche con los dos presuntos narcos, pudiera escapar con la cocaína. El hecho de acudir con un vehículo oficial “le aportaba cierta legalidad”.En las intervenciones telefónicas, los investigadores también pudieron recabar conversaciones sobre el reparto del dinero, según explicó  el testigo, quien consideró que seguramente creían que la cantidad que iban a trasladar sería mayor de la finalmente intervenida.
Sobre el clan de los Morones, afirmó que si bien Sinaí ejercía un liderazgo, no había indicios para su investigación. Relató que el grupo familiar se ganaba la servidumbre de otros a través de los préstamos y que vieron indicios de posible prácticas mafiosas y de extorsión en los mercadillos, que darían origen a otra operación y causa judicial.n

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