Natalia Rodríguez compagina su labor en los juzgados con la bodega. Fue la primera en elaborar un Rías Baixas ecológico, Corisca
Comenzó hace ocho años con unos viñedos heredados de su padre en Salceda de Caselas, cuando decidió crear su propia bodega. Ahora, acaba de recibir la Medalla de Oro en la cata de vinos de Galicia con su albariño Corisca, el primer Rías Baixas ecológico. La abogada Natalia Rodríguez compagina su labor en los juzgados, como letrada de empresas y de oficio, con su bodega.
“Esta afición me viene de familia y aunque mi padre no quería que me dedicara al campo, al final se ha convertido en mi prioridad, tanto que mi sueño es en un futuro poder dejar la toga para dedicarme por completo a los vinos”, explica.
Consumidora de productos ecológicos, pensó que sería una buena idea crear un vino mimando la uva, “sin añadidos, ni colorantes o producto químico alguno”. Reconoce que al principio le costó hacerse un hueco en Galicia hasta el punto de tener que exportar su producto fuera. “Aquí la gente no lo aprecia porque creen que es vino de casa y en realidad no es así, no tiene nada que ver, así que tuve que buscar otros mercados”, relata. Y los encontró, principalmente en EEUU, que acapara la mayor parte de su producción junto a otros puntos de Europa y en menor medida Galicia. Actualmente, cuenta con cinco hectáreas y produce unas 15.000 botellas al año.
Sobre su vino destaca que está rico y es sano, “sabe a lo que tiene que saber, a mi tierra, a mi clima, no es como los demás”.
