Abel Caballero ratificó por escrito y con dinero de la Administración local, de todos los contribuyentes, su decisión por la que Faro de Vigo se convirtió oficialmente en su diario aliado en el Bicentenario y en general de su mandato con el objetivo evidente de conseguir un trato preferente y positivo.
Abel Caballero ratificó por escrito y con dinero de la Administración local, de todos los contribuyentes, su decisión por la que Faro de Vigo se convirtió oficialmente en su diario aliado en el Bicentenario y en general de su mandato con el objetivo evidente de conseguir un trato preferente y positivo. Para ello, ha puesto encima de la mesa 150.000 euros en un convenio de colaboración aprobado el pasado 26 de octubre en junta de gobierno local que ha tenido como plus la entrega al diario aliado de una medalla, del Bicentenario, inventada para la ocasión por el propio alcalde, sin consultar a sus socios de gobierno del BN G y mucho menos al pleno de la Corporación, pese a tratarse de un galardón institucional. Lo cierto es que el convenio se firma siete meses antes de las elecciones municipales con el fin de hacer más sólida la alianza entre alcalde y Faro de Vigo y se sustancia en un acuerdo por el que las dos partes se reconocen agentes determinantes de la oferta de desarrollo cultural de la ciudad, por lo que consideran necesaria la coordinación y participación en este proyecto. El convenio firmado por Abel Caballero y el gerente de Faro de Vigo, Jaime Abella, compromete al diario aliado del alcalde a colaborar en las actividades de celebración del Bicentenario que organiza la Alcaldía y, de forma sorprendente por inusual, le corresponde al diario la planificación y organización de las actividades a desarrollar. Entre otras acciones: publicar dos libros 200 años de Vigo y 200 personajes de Vigo El resultado está a la vista: el Bicentenario ha resultado un acto sin empaque y de muy limitado impacto, con menos de 5.000 participantes. Nada que ver con lo ocurrido con la Reconquista, un año antes, que congregó entre actos en la calle, exposiciones y conferencias a más de 85.000 personas.
Los servicios económicos del Concello realizaron objeciones
El convenio, además de configurar una sorprendente coalición de hecho entre un alcalde y un medio de comunicación, convierte un acto institucional en propaganda para los dos lados: en lugar de aparecer el Concello, estipula que la Alcaldía de Vigo figurará adecuadamente en todas las actuaciones publicitarias y de difusión que se realizan en la celebración, apareciendo expresamente con su logotipo o anagrama en calidad de colaborador. Este documento fue remitido a los servicios municipales de Intervención y Fiscalización, que pusieron numerosas objeciones al considerar sorprendente que, al contrario que en todos los demás acuerdos, no aparezca una memoria económica con el presupuesto detallado de cada una de las actividades que conforman el convenio así como el informe del técnico municipal que acredite que la aportación municipal es igual o inferior al coste que en el mercado supondría la contratación del servicio.
Además del dinero municipal, una medalla inventada
Uno de los aspectos más llamativos del acuerdo es que los actos del Bicentenario de la Ciudad, extremadamente pobres y sin impacto, ya finalizaron con la inauguración de la rotonda de Camelias, pero el acuerdo sigue en pie, pese a haber finalizado. Otro, tanto o más significativo sobre la coalición entre el alcalde y su diario aliado, es la sucesión de homenajes de Abel Caballero, que se remontan a su anterior paso por la Autoridad Portuaria. Aprovechando que estaba en la presidencia, creó las Medallas del Puerto con el aparente único fin de Faro de Vigo, ante el estupor de la comunidad portuaria, que recordaba muy bien que el diario aliado de Caballero había sido el que encabezó las maniobras para paralizar la ampliación del muelle de Areal y bloquear el crecimiento del puerto. Ya en la Alcaldía, de nuevo otra invención de medallas, esta vez con motivo del Bicentenario de la Ciudad, y de nuevo para halagar a Faro de Vigo, que en justa réplica mantiene un trato exquisito , censurando las críticas al alcalde.
Los servicios económicos del Concello realizaron objeciones
El convenio, además de configurar una sorprendente coalición de hecho entre un alcalde y un medio de comunicación, convierte un acto institucional en propaganda para los dos lados: en lugar de aparecer el Concello, estipula que la Alcaldía de Vigo figurará adecuadamente en todas las actuaciones publicitarias y de difusión que se realizan en la celebración, apareciendo expresamente con su logotipo o anagrama en calidad de colaborador. Este documento fue remitido a los servicios municipales de Intervención y Fiscalización, que pusieron numerosas objeciones al considerar sorprendente que, al contrario que en todos los demás acuerdos, no aparezca una memoria económica con el presupuesto detallado de cada una de las actividades que conforman el convenio así como el informe del técnico municipal que acredite que la aportación municipal es igual o inferior al coste que en el mercado supondría la contratación del servicio.
Además del dinero municipal, una medalla inventada
Uno de los aspectos más llamativos del acuerdo es que los actos del Bicentenario de la Ciudad, extremadamente pobres y sin impacto, ya finalizaron con la inauguración de la rotonda de Camelias, pero el acuerdo sigue en pie, pese a haber finalizado. Otro, tanto o más significativo sobre la coalición entre el alcalde y su diario aliado, es la sucesión de homenajes de Abel Caballero, que se remontan a su anterior paso por la Autoridad Portuaria. Aprovechando que estaba en la presidencia, creó las Medallas del Puerto con el aparente único fin de Faro de Vigo, ante el estupor de la comunidad portuaria, que recordaba muy bien que el diario aliado de Caballero había sido el que encabezó las maniobras para paralizar la ampliación del muelle de Areal y bloquear el crecimiento del puerto. Ya en la Alcaldía, de nuevo otra invención de medallas, esta vez con motivo del Bicentenario de la Ciudad, y de nuevo para halagar a Faro de Vigo, que en justa réplica mantiene un trato exquisito , censurando las críticas al alcalde.
