Coruxo fue unas de las parroquias más afectadas por el fuego que arrasó el entorno de Vigo hace poco más de un año y en concreto la zona de Fragoselo resultó especialmente afectada, como la vecina Chandebrito, donde la tala obligada llega a un millón de árboles.
El trabajo de recuperación es lago, y antes de 15 años no se verán de nuevo bosques, más aún con frondosas, como "carballo" y castaños, de lento y largo crecimiento.
Durante la mañana y tarde ayer un grupo de voluntarios participó en una nueva fase de la reforestación iniciada el pasado mes de marzo.
En esta ocasión se plantaron 500 ejemplares de especies autóctonas en una labor promovida por Abanca dentro de la campaña ‘Un nuevo árbol’, gracias a la cual ya hay 4.175 árboles e con la que ahora se espera llegar a un total de 6.000.
Según subrayaron desde la entidad financiera, el objetivo de estas acciones es ayudar a recuperar las zonas queimadas en los incendios de octubre de 2017. Los empleados de la entidad que forman parte del programa de Voluntariado Obra Social Abanca han sido los encargados de la replantación de las árboles, en colaboración con el Grupo Naturalista Hábitat.
Ls actividad cuenta también con la colaboración de la Comunidad de Montes de Coruxo, una de las más afectadas por los fuegos y todavía muy lejos de recuperar su anterior posición. La comunidad hará un plan de distribución.
