20.269 personas pueden participar en las elecciones convocadas por la Universidad de Vigo el próximo día 23 de abril, pero su decisión tiene más o menos peso en función del sector al que pertenezcan porque se aplica un voto ponderado. Los electores son 17.849 alumnos, 768 miembros del personal de administración y servicios (PAS), 939 profesores doctores con vinculación permanente (PDI-A) y 713 docentes e investigadores sin vinculación permanente (PDI-B) en los tres campus de la Universidad. Esos 939 profesores con dedicación permanente son los que tienen mayor peso en las urnas, con el 51% del voto ponderado, y por eso es tan importante ganarse su apoyo. El centro con mayor volumen de profesores del llamado PDI-A es la Escuela de Ingeniería Industrial, con un total de 139. Su tamaño provocó la profusión de dichos como “con ingeniería no se gana, pero sin ella se pierde”. Le sigue la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales con 94 PDI-A y la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación con 87. Al alumnado le corresponde un 30% del voto poderado, mientras que al personal de administración y servicios le asignan un 10% y al resto del profesorado un 9%.
El rector es elegido por la comunidad universitaria mediante elección directa y sufragio universal por un periodo de cuatro años y con la posibilidad de una sola reelección entre los catedráticos en activo de la Universidad. Esta norma es la que impide presentarse a la reelección al actual rector, Salustiano Mato, que había sido además uno de los impulsores de esta restricción por higiene democrática.
El 23 de abril se eligen también los miembros del Claustro, compuesto por 252 miembros en el caso de la Universidad de Vigo. El Claustro está presidido por el rector y además del secretario general y gerente, está formado por 128 representantes del PDI-A, 23 del resto de profesorado, 75 estudiantes y 25 miembros del PAS. Son elegidos por cuatro años excepto los alumnos, que son por dos años.
Las actuales elecciones decidirán el que será el sexto rector de la Universidad de Vigo. Las elecciones de 2014 habían sido una anomalía al contar con un solo candidato que además se presentaba a la reelección. Entonces se dio la participación más baja, un 8,66%, frente al 23% de las de 2010.
