La ciudad alcanzó la máxima del año y la segunda mejor marca en Galicia con un calor excepcional para el mes. Curiosamente, Vigo suele llegar al tope anual del mercurio en primavera antes que en verano
nnn En pleno 13 de abril, Vigo rozó los 30 grados (29.6, según los datos de la estación de control de Meteogalicia, apenas por debajo de los 30,4 de Pontevedra), una temperatura que en pocas ocasiones alcanza la ciudad. Ni siquiera en verano. Pero no es tan extraña como podría parecer y se ha repetido en algunas ocasiones a lo largo de este siglo. Desde que hay datos publicados en el centro de la ciudad -antes se recogían en el aeropuerto, por lo que no son muy fiables- sólo en otra ocasión en el mismo mes, en 2011, hubo un calor tan intenso al alcanzarse entonces los 31,1 grados.
El resto de ejercicios, las máximas se sitúan en valores muy distintos, desde los 18,2 de 2009 hasta el pasad año, en que hubo 28,2, aunque lo normal es que las máximas del mes fluctúen en torno a los 20 grados. Ayer Vigo -en el centro, en Peinador se marcó 27- tuvo temperaturas más elevadas incluso que el centro de Ourense, lo que resulta una novedad. No obstante, se trata de un calor ocasional, similar al de hace unos días, en la Semana Santa, porque de nuevo volverá a caer el mercurio a partir de mañana, incluso con lluvias (ya anoche hubo un fuerte chaparrón) y bajando hasta 20 grados.
LA MÁXIMA DE ESPAÑA
Vigo marcó la máxima del año e incluso durante un tiempo la de España, si bien al final sólo la ciudad de Pontevedra superó la barrera de los 30 grados.
La máxima temperaturas alcanzada históricamente por Vigo, desde que hay registros contables, fue el 14 de junio de 1981, cuando se rozaron los 38,6 grados, aunque hay una medición del aeropuerto de Peinador de julio de 2013 donde se habrían alcanzado los 38,9, que sería la plusmarca, aunque de momento se mantiene el "subidón" de 1981 como récord absoluto en las escalas locales. Curiosamente, de forma habitual Vigo suele llegar a sus topes durante los últimos días de la primavera, en tanto que en verano no suele ser habitual superar los 30 grados más que en algunas fechas dispersas de julio y agosto.
En 2014, las máximas se volvieron a producir en junio y en septiembre, en torno a 31 grados, mientras que los meses centrales de la estación fueron en general decepcionantes, en especial durante julio. n
