VERANO

Las vacaciones pasan factura a las parejas con problemas

Las estadísticas de rupturas matrimoniales sufren un aumento significativo con la llegada del otoño

Si las relaciones de pareja son buenas, al final del verano son mejores, pero, si son malas, las vacaciones pasan factura a muchas de ellas, que acaban en separaciones en el otoño, según confirman las estadísticas de rupturas matrimoniales.

El psicólogo clínico especialista en temas de pareja Esteban Cañamares explicó ayer que muchas parejas achacan sus problemas a la falta de tiempo, al estrés y al exceso de trabajo, y piensan que cuando llega el verano se van a limar asperezas, pero no se arreglan porque los problemas son profundos.

"Pasadas las vacaciones se produce esa desilusión y ese mayor deseo de separación, por ese mecanismo, porque las relaciones malas son peores en vacaciones", señala el experto.

Según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial, durante el cuarto trimestre del 2013 se registraron en los juzgados 33.712 divorcios -de julio a septiembre fueron 24.236-, 1.928 separaciones -1.441 en el tercer trimestre- y 47 nulidades -36 durante el verano-. "En los meses de verano se deciden el 33 por ciento de las separaciones, pero el verano es el 25 por ciento del año", asegura el psicólogo, quien advierte de que no todo se acuerda en esos meses.

más roces y enfados

Cañamares recuerda que durante las vacaciones "hay más roces, más enfados, más disputas por el poder en la pareja" y, pasadas las vacaciones, "se produce esa desilusión y ese mayor deseo de separación".

Explica además que las principales causas de las rupturas de las parejas estables son "la diferente evolución de sus componentes, porque las personas cambian y no necesitan tener quizá un marido tan autoritario o una mujer tan sumisa, por ejemplo". Los reproches empiezan por "falta de afecto, de caricias o de relaciones sexuales y se acaba de percibir que cada uno va a lo suyo".

Por eso, aunque aparentemente se discuta por temas banales, como la temperatura del aire acondicionado, "no es el problema, sino que hace tiempo que ese hombre o esa mujer, al que antes le encantaba que su pareja tomara las decisiones, ahora no". A su juicio, cuando no existen diferencias de fondo importante, las discusiones "se olvidan al día siguiente", y las parejas bien avenidas "salen reforzadas del veraneo porque hay más tiempo para hablar, para pasear, para estar juntos".

Después de vacaciones también aumentan las solicitudes de mediación ante rupturas familiares. "Se pueden duplicar el número de llamadas en septiembre y enero para solicitar una cita, justo después de las vacaciones", explicó Julia Pérez, directora de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF).

Destaca que suele ser la mujer la que da el paso y llama para informarse, "porque también normalmente suele ser la que toma la decisión de separase" "La mediación no es una terapia de pareja, es una una herramienta o instrumento para que la pareja que ha decidido ya separarse pueda resolver conjuntamente los problemas que puedan surgir de esa ruptura, como la situación con los hijos", señala.

Te puede interesar