"Mañana empiezo la dieta... pero esta vez de verdad". ¿Te suena de algo? ¿Y si pruebas a no hacer dieta? Evitarás sentirte frustrado y, además, conseguirás tus objetivos
Cada día nos bombardean con imágenes de modelos con cuerpos perfectos, cada día nos dicen que si nos somos así jamás seremos felices y cada día ansiamos con mayor desesperación perder peso de la forma más rápida. El resultado no es otro que una idea muy equivocada de nuestro aspecto y de la manera correcta de perder quilos, sin mencionar los terribles problemas alimenticios que a día de hoy ya no discriminan a nadie. No importa la edad o el sexo, todos corremos el riesgo de sufrir las consecuencias de una pésima alimentación derivada de una "mala relación" con la comida.
Si realmente queremos perder peso debemos dejar de lado las dietas, sobre todo aquellas que prometen resultados milagrosos. Estas "normas alimenticias" con frecuencia restringen comidas que son vitales para el cuerpo y se basan en explicaciones sin fundamento para justificar su supresión. Comer solo fruta o solo verdura durante un mes, sin duda te ayudará a adelgazar, pero como consecuencia tu metabolismo se volverá lento y cuando pretendas dejar esa dieta y comer "normal", el cuerpo almacenará todo para tener reservas en época de hambre. Por tanto, sí, recuperarás el peso perdido y unos quilos extra de propina.
La clave para adelgazar de forma efectiva, sin presión y de manera saludable es cambiar radicalmente nuestros hábitos de alimentación. Por tanto, no se trata de hacer dieta, sino de comer correctamente. Al no imponernos unas normas tan estrictas de alimentación no nos sentiremos presionados y la pérdida de peso se producirá sola:
Mente sana: Si pensamos que es un suplicio dejar de lado la comida basura, jamás perderemos peso. Por eso, lo primero para adelgazar sin hacer dieta es mentalizarse y concienciarse de que cambiar nuestros hábitos nos hará sentir mucho mejor, y no lo contrario. Poco a poco nos sentiremos tan bien con nosotros mismo que nos parecerá impensable volver a los viejos hábitos.
Come variado y haz un plan semanal: Si estableces un plan para las comidas principales te será mucho más fácil no olvidarte de ningún grupo de alimentos. Recuerda introducir pescado dos o tres veces a la semana, carne un día, otro legumbres, otro huevo y puedes reservar el fin de semana para tomar pasta y darte un capricho. No se trata de crear unas reglas estrictas, pues lo que intentamos es no establecer una dieta, sino de tener unas pautas con las que guiarse y que te ayudarán a conservar una buena alimentación toda tu vida.
Haz deporte: Muévete todo lo que puedas. Hacer una hora de ejercicio físico al día te ayudará en tu propósito de adelgazar y, además, mejorará tu estado de ánimo. Si apuntarte a un gimnasio te da pereza o no puedes permitírtelo, sal a correr o a caminar. La cuestión es activarse.
Por último, sé feliz: Una actitud positiva te ayudará a conseguir todo lo que te propongas. Si eres optimista y tienes confianza en ti mismo te esforzarás en tener un estilo de vida saludable para sentirte bien y pasará a formar parte de ti.
