Sociedad

El Vaticano admite la pérdida de confianza de los católicos

El cardenal Sean O'Malley durante un encuentro con el papa Francisco.
photo_camera El cardenal Sean O'Malley durante un encuentro con el papa Francisco.

"Han perdido la paciencia", reconoce el arzobispo de Boston ante los escándalos de pederastia

El presidente de la Pontificia Comisión de Protección de Menores, el cardenal Sean O'Malley, publicó  una carta en la que reconoce que tanto los católicos como la sociedad civil han perdido la confianza en los obispos de la Iglesia en Estados Unidos. "El tiempo se acaba para todos nosotros, líderes de la Iglesia. Los católicos han perdido la paciencia con nosotros", reconoce el arzobispo de Boston, Sean O'Malley.
"Hay momentos en que las palabras nos fallan, cuando no captan la profundidad de las situaciones abrumadoras que a veces enfrentamos en la vida. Para la Iglesia en los Estados Unidos, este es uno de esos momentos", añade.
El purpurado estadounidense, que llevó a cabo la limpieza en la diócesis de Boston, ha reclamado la participación de los laicos para superar esta crisis en la Iglesia católica: "La crisis que enfrentamos es producto de pecados y errores clericales. Como Iglesia, la conversión, transparencia y responsabilidad que necesitamos, solo es posible con la participación y el liderazgo significativo de los laicos".
Así ha pedido la colaboración de personas "que pueden aportar su competencia, experiencia y habilidades" para extirpar de una vez los casos de abusos en el seno de la Iglesia. Y añade: "Si la Iglesia sigue adelante reconociendo en profundidad lo ocurrido, el futuro puede brindar la oportunidad de volver a ganarnos la confianza y el apoyo de la comunidad de católicos y de nuestra sociedad".
En este sentido, expresa la vergüenza que debe sentir la Iglesia ante el informe del Gran Jurado de Pensilvania: "Seguimos avergonzados por estos fallos atroces a la hora de proteger a los niños y las personas vulnerables y afirmamos nuestro compromiso de que estos fallos nunca se repitan".
De este modo, ha denunciado que la jerarquía católica todavía no ha establecido "sistemas claros y transparentes de rendición de cuentas ni de asunción de consecuencias para los líderes de la Iglesia cuyos fallos han permitido que ocurran estos crímenes".
Además, el purpurado señala que es necesario mejorar la forma en que se preparan a los sacerdotes, la forma en que se ejerce el liderazgo pastoral y la forma en que se coopera con las autoridades civiles.

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