Outariz lanza un SOS

La falta de mantenimiento de las zonas verdes afea el entorno de las termas de Outariz, situadas en la ribera derecha del río Miño.
photo_camera La falta de mantenimiento de las zonas verdes afea el entorno de las termas de Outariz, situadas en la ribera derecha del río Miño.

Los usuarios de las termas gratuitas de Outariz critican el deterioro de las instalaciones y el abandono del entorno. Hierbas secas sin cortar, vestuarios poco higiénicos y sin un bar donde tomarse un refresco. 

A media mañana de ayer, el sol aún no acampaba a sus anchas pero ya se notaba una gran afluencia en espacios naturales como el de las termas de Outariz. Son los primeros bañistas, a los que nos les importa madrugar para disfrutar de las bondades de estas aguas y, al mismo tiempo, testigos del abandono y deterioro que sufren las instalaciones y el entorno a pesar de ser, junto con A Chavasqueira, el emblema termal de la ciudad. Hierba seca sin cortar, bolsas de basura en las esquinas, vestuarios poco higiénicos y sin servicio de bar para tomar un refrigerio. "Cando estaban os rapaces de Aspanas isto funcionaba mellor. Había máis control". Es el sentir común de los usuarios.
Mari Carmen Varela es una vecina de la ciudad que acude con asiduidad a las termas gratuitas de Outariz. "Aquí cómpre unha persoa con carácter. O que non pode ser é que a xente entre nas pozas con crema e sen pasar antes pola ducha. Un noxo", indicó. Tampoco es ajena a que les hayan dejado sin el servicio del quiosco-terraza. "Non o entendo. Moitos visitantes veñen ca idea de comer aquí e atópanse co bar pechado. Que o quiten das redes sociais xa que non o hai". Otra bañista, Mónica Fernández, comparte opinión. "Non temos onde comprar unha botella de auga".
 Los usuarios también critican el estado en el que se encuentran los vestuarios. "Están rotos", indica Pablo Wegner, ourensano residente en Alemania, aunque todos los años pasa las vacaciones en su ciudad natal. El óxido y los grafitis de la pasarela de Outariz así como la maleza en el principal acceso al complejo termal, el camino de Reza, alimentan el descontento de los usuarios habituales de las termas. Es el caso de Francisco Hernández y María Jesús Lucas, un matrimonio que todos los días sale a caminar por la zona antes de bañarse. "As herbas non se cortan e seguen crecendo. É unha pena dicir que isto está abandonado pero é a verdade".
 Según fuentes municipales, una vez termine la temporada estival se llevará a cabo una reforma integral de las infraestructuras y del entorno. Desde el lunes, cuatro personas procedentes de un módulo de formación ocupacional se encargan de vigilar el espacio de lunes a jueves en horario de 12,00 a 20,00 horas. Eso sí, no desempeñan tareas de socorrismo. Para los viernes y fines de semana se contrató a una empresa privada. Por el momento, los usuarios echan en falta más control a la hora de acceder a las termas y en asesoramiento. n 

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