La mayor sinagoga de los nuevos sefarditas

Hugo Vaz en el museo de la sinagoga de Oporto. Detrás, el candelabro de nueve brazos o Janukiá.
photo_camera Hugo Vaz en el museo de la sinagoga de Oporto. Detrás, el candelabro de nueve brazos o Janukiá.

Oporto cuenta con el mayor templo hebraico de la península ibérica para una comunidad hebrea que cumple un siglo de permanencia en la ciudad portuguesa

Al parecer, reivindican el nombre de “marranos”, en España históricamente cargado de desprecio hacia los judíos. No podría haber otro insulto mayor: cerdos. Pero los nuevos judíos sefarditas portugueses -Sefarad abarca toda vieja Iberia- han llegado a la conclusión de que en realidad todo es al revés: el nombre marrano provendría de una palabra hebrea que vendría a significar “convertido a la fuerza”, lo que se adapta a la realidad histórica desde finales del siglo XV y durante el XVI. 
Nada de eso en realidad resulta importante  salvo que en Oporto se encuentra la mayor sinagoga de toda la península, que acoge una comunidad menguante pero orgullosa de que su actual alcalde, el empresario Rui Moreira, se haya declarado abiertamente de origen sefardita, aunque no judío practicante. Igual que el expresidente luso Jorge Sampaio (1996-2006), también de familia judía.
Oporto cuenta con un templo hebreo denominado Kadoorie Mekor Haim construido hace casi un siglo por la férrea voluntad del capitán Barros Bastos, un militar portugués que a causa de su fe sufrió una persecución muy similar a la de Dreyfuss en Francia, y cuya memoria ha sido por completo rehabilitada –en 2012 de forma oficial por la República- hasta el punto de que pronto será elevado a coronel a título póstumo. El edificio se levanta muy cerca de la avenida de Boavista, la principal de la ciudad portuguesa, y curiosamente a su lado estaba el Colegio Alemán. Durante la II Guerra Mundial, los responsables del centro germano decidieron erigir un alto muro para no tener que ver a los judíos… Hoy, el Colegio Alemán continúa existiendo, pero se ha mudado a otro lugar de la misma calle. Pero ahora, en muy buena vecindad.
Así lo explica Hugo Vaz, cicerone en las visitas guiadas por el interior de la sinagoga, que evoca en todo a las construidas a partir del siglo XIII en la península y  a las de Praga.  En Portugal, según las cuentas de la comunidad, habría apenas 3.000 judíos, de ellos medio millar asentados en el entorno de Oporto. Y de estos, apenas un centenar practicantes. No obstante, por el templo pasan al año unas 10.000 personas, visitantes interesados por el edificio y su historia y judíos que aprovechan para rezar en un ámbito singular y hermoso. Entre ellos algunos de Galicia, donde no hay oratorios hebreos. 
La mayor sinagoga ibérica fue construida entre 1929 y 1938, no sin dificultades. En 1923, se registró oficialmente en el Gobierno Civil la Comunidad Judía de Oporto impulsada por el capitán Barros Basto y las familias Ashkenazi. En 1929, Barros Basto recaudó fondos que le permitieron comprar un terreno en la calle Guerra Junqueiro, donde se construiría la sinagoga Kadoorie Mekor Haim. Tras pedir  licencia, unas semanas más tarde se colocó la primera piedra y comenzó su construcción. En la II Guerra Mundial, Portugal llegó a acoger hasta 100.000 judíos huidos, con 400 familias instaladas en Oporto, una de tantas paradojas del régimen, en 1941 ligado al Eje. Como también España. n

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