Las comunidades autónomas aceptaron, con "ciertos matices", los planteamientos del Ministerio
nnn Cataluña o Andalucía, entre otras comunidades, se mostraron ayer favorables, con matices, a la implantación voluntaria por las universidades de grados de tres años, mientras que Asturias y el País Vasco son las únicas que, según el ministro José Ignacio Wert, plantearon "discrepancias de fondo".
Wert presidió ayer la Conferencia General de Política Universitaria, en la que explicó a las comunidades los proyectos de decreto de reforma universitaria, como el que también retoca el sistema de acreditación de profesorado y el que establece nuevos criterios de constitución de universidades. Aunque la gobernanza y la financiación de las universidades no forman parte de las propuestas, el ministro no excluyó "tocar estas cuestiones", ya que el proceso es "dinámico, continuo y abierto a todos los actores" del sistema universitario.
Las comunidades, en general, compartieron "algunas preocupaciones", según Wert, relativas a la "proliferación de universidades no presenciales" y su acreditación institucional, y propuesieron mejoras técnicas sobre las propuestas ministeriales.
Preguntado por qué la reforma no alcanza al gobierno y la financiación de las universidades, Wert reconoció que se oyeron voces que reclaman "unos cambios más radicales", que implicarían modificar la ley de universidades. En el caso de la financiación, afirmó que exige un planteamiento dialogado y convenido con las comunidades y que se tome en consideración los problemas de déficit público.
las voces de las autonomías
El secretario general de Universidades de Cataluña, Antoni Castellà, aseguró que la propuesta de Wert otorga "flexibilidad", así que los centros catalanes podrán empezar a ofrecer grados de tres años ya en 2015.
En la misma línea el secretario general de Universidades de Andalucía, Francisco Triguero, valoró la versatilidad de poder optar entre titulaciones de tres o cuatro años, si bien apuntó la dificultad de hacerlo en este momento. También defendió grados de cinco años, con el máster integrado, básicamente para las profesiones reguladas de ingeniería, como ya ocurre en Medicina y Arquitectura.
Por su parte, la directora general de Universidades de Asturias, Miriam Cueto, consideró "precipitado" un cambio en las titulaciones universitarias porque el sistema, dijo, necesita más tiempo para evaluar los resultados del modelo de grados de cuatro años vigente, además de oponerse a que puedan coexistir en el futuro ambos tipos. Además, argumentó, con grados de tres años más máster de dos se encarecerán las matrículas porque los posgrados son más caros y no todos los estudiantes podrán optar a ellos.
Entre las comunidades que gobierna el PP, la consejera de Educación de Extremadura, Trinidad Nogales, subrayó que los grados de tres años favorecerían la internacionalización de la universidad regional.
Su colega de Castilla-La Mancha, José Manuel Velasco, valoró que permitir el modelo de tres grados flexibiliza el sistema académico y servirá para atraer estudiantes extranjeros.
El director de Universidades de Baleares, Miguel Deyá, pidió un fondo económico para que las universidades pequeñas puedan ofrecer carreras de tres años. Sin embargo, lamentó que en la anterior legislatura se votara a favor de grados de cuatro años cuando centros en Baleares ofrecían ya de tres años y ahora tendrán que asumir un esfuerzo para adaptarse a la nueva realidad.n
