La boda del hijo de Carolina de Mónaco, garantía de sucesión

La boda aristocrática de Andrea y Tatiana Casiraghi causó un gran revuelo por su secretismo, pero también por otras razones de mayor peso.
No se trata de tan sólo un enlace sentimental, sino que tiene importancia capital para la familia Grimaldi. El sábado se ofició la boda por lo civil con 350 invitados, y en enero se oficiará por la vía religiosa en Gstaad, un requisito fundamental para que Andrea pueda mantener sus derechos al trono.

Es necesario hacerlo de esta forma por si se diera el caso de que Alberto y Charlene no tengan hijos; es una forma de asegurar que los Grimaldi siguen rigiendo Mónaco. Si ese fuera el caso, entonces tendría que renunciar a su apellido paterno y asumir el materno, Grimaldi.

Se trata de un tecnicismo para que el pequeño Sasha, nacido el 21 de Marzo de este año, figure en el tercer puesto en la línea sucesoria detrás de Alberto de Mónaco y de su padre Andrea. Carlota Casiraghi, hermana de Andrea, espera también un hijo del actor Gad Elmaleh, cuyo nacimiento se prevé para principios de año.

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