Casi 300 camiones con asistencia humanitaria rusa llegaron a su destino, en la ciudad de Lugansk
Rusia dejó ayer de lado la diplomacia y envió el convoy con ayuda humanitaria al este de Ucrania sin el permiso de las autoridades ucranianas ni tampoco la escolta de la Cruz Roja, en un abierto desafío a Kiev.
La representación de Ucrania ante la ONU denunció que la entrada del convoy de ayuda humanitaria rusa en el este del país -262 camiones-, sin el "correspondiente permiso" de la aduana ucraniana, representa una violación a la soberanía del país. Un representante de la misión de Ucrania ante la ONU, Oleksandr Pavlichenko expresó además su preocupación por la seguridad de los integrantes del convoy por estar atravesando "territorio controlado por terroristas".
Los casi 300 camiones con asistencia humanitaria rusa llegaron ayer a su destino, en la ciudad de Lugansk, sin escolta de la Cruz Roja y sin que se completaran todos los permisos que estaban a cargo de las autoridades ucranianas.
"Se trata de una descarada violación a la soberanía de Ucrania y a la ley internacional. No puede ser justificada con la excusa de urgencia", afirmó Pavlichenko, el número dos de la representación de Ucrania en la ONU.
Previamente, en la misma sala de prensa, el embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, al referirse al tema, describió todas las acciones oficiales realizadas ante las autoridades de Kiev antes de que el convoy cruzara la frontera y detalló su composición. Churkin dijo que los cerca de 280 camiones transportaron granos, comida, generadores eléctricos y sacos de dormir, entre otras mercancías. El detalle incluía hasta 80 kilos de té.
Consultado sobre las sospechas de que la carga pueda transportar suministros a los rebeldes, respondió, con evidente enfado: "Pero si es comida para niños".n
