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Trump juega con Irán y Corea del Norte a apuestas de riesgo

El presidente norteamericano Donald Trump, en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
photo_camera El presidente norteamericano Donald Trump, en una rueda de prensa en la Casa Blanca.

Sus impulsos en política exterior le han permitido desviar la atención de los escándalos en EEUU

n n n El presidente estadounidense, Donald Trump, demostró esta semana que está dispuesto a seguir sus impulsos más arriesgados en el plano internacional, con grandes apuestas en Irán y Corea del Norte que prometen sacudir el escenario mundial y le han permitido de esta manera desviar la atención de los escándalos que le salpican en Estados Unidos, ahora que el fiscal especial Robert Mueller quiere interrogarle en relación con la trama rusa.
Al anunciar que retirará a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán y confirmar que el 12 de junio se reunirá con el líder norcoreano, Kim Jong-un, Trump lanzó dos órdagos con implicaciones globales y demostró que se ha despojado de la cautela que trataban de imprimir en él sus antiguos asesores en política exterior. "Cuando hago promesas, las cumplo", dijo Trump el pasado martes, al cancelar la participación de su país en el acuerdo firmado en 2015 junto a Irán, Francia, el Reino Unido, Alemania, China y Rusia.
Esa decisión aumentó tanto la tensión entre Estados Unidos y sus aliados europeos como las posibilidades de confrontación en Oriente Próximo, y se vio seguida casi de inmediato por los  bombardeos israelíes sobre objetivos iraníes en territorio sirio, en respuesta a cohetes lanzados sobre los Altos del Golán.
Mientras esa región se tensaba, otra decisión de Trump infundía esperanza a Asia Oriental, al concretarse la fecha para su cumbre con Kim Jong-un, una cita que tiene el potencial de contribuir a la desnuclearización y la paz entre las dos Coreas, pero también de aumentar la inestabilidad en la región si las cosas terminan por no salen bien.

dos apuestas en conflicto
"(Las de Irán y Corea del Norte) son apuestas de un riesgo enorme, y están en conflicto la una con la otra", dijo un profesor emérito de política exterior en la American University de Washington, Gordon Adams. "Por un lado, Estados Unidos se muestra poco fiable y beligerante con Irán, y por otro lado, dice querer resolver pacíficamente un tema nuclear", añadió.
Según Adams, Trump "ya se la ha jugado en Irán, con consecuencias impredecibles y posiblemente un riesgo de guerra a corto plazo", y "está a punto de jugársela en Corea", donde también "hay riesgos de acción militar de Estados Unidos" si no funcionara la diplomacia.
La distensión entre Washington y Pyongyang llegó esta semana a su cúspide con la liberación de tres estadounidenses presos en Corea del Norte, pero ningún lado del Pacífico olvida que solo han pasado unos meses desde la cruda escalada retórica entre ambos mandatarios.
El carácter volátil de Trump, que en septiembre pasado amenazó con "destruir" a Corea del Norte, imposibilita prever su reacción si la cumbre en Singapur se cierra sin avances claros, o si Kim le exige concesiones que considere inaceptables.
Para Thomas Whalen, un experto en política exterior presidencial en la Universidad de Boston, las "audaces" apuestas del presidente Donald Trump son meramente "una extensión de sus instintos impulsivos". Asegura que "no tiene una estrategia general, y simplemente responde a las crisis y a los temas según surgen", indicó.n

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