TRANSICIÓN EN EEUU

Melania se inspira en Jackie

Melania Trump cubre de la lluvia a su hijo Barron, que bosteza, durante la investidura.
photo_camera Melania Trump cubre de la lluvia a su hijo Barron, que bosteza, durante la investidura.

La nueva primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, eligió un vestido clásico azul cielo de Ralph Lauren que le valió comparaciones con la primera dama con más estilo, Jacqueline Kennedy.

Melania Trump es la nueva primera dama de los Estados Unidos. Por eso, buena parte de los focos se centraron en ella. Para ponerse frente a ellos, eligió un vestido clásico azul cielo de Ralph Lauren que le valió comparaciones con la considerada primera dama con más estilo, Jacqueline Kennedy, mientras que la hija del presidente, Ivanka, arriesgó con uno asimétrico.
Las dos mujeres, esbeltas y atractivas, acostumbran a lucir impecables en todas las ocasiones, por lo que había mucha expectación por conocer qué modelos escogerían para su primera aparición como familia presidencial. La exmodelo eslovena, de 46 años, convenció con un favorecedor vestido de cachemir y corte recto conjuntado con un elegante bolero estructurado y guantes largos de ante del mismo color. Los dos complementos, así como la apuesta por el azul cielo, evocaron a Jackie Kennedy, sobre todo los guantes largos, complemento icónico del "Jackie look". Un vestuario que lució cuando la pareja tomó el té protocolario con el matrimonio Obama, antes de la investidura.
Los comentaristas de estilo de los programas de televisión alabaron la elección de un modisto estadounidense, sobre todo teniendo en cuenta que el mensaje de investidura de su esposo, el presidente Donald Trump, ha sido "Estados Unidos primero" junto a la regla: "comprar en Estados Unidos, contratar estadounidenses".

oBJETIVO: VER AL PRESIDENTE
La expectación por ver a Trump fue en aumento. Cientos de seguidores de se congregaron en Washington con la esperanza de que el nuevo presidente de EEUU cumpla dos de sus grandes promesas: la de devolver al país los empleos que se trasladaron al exterior y la de construir el prometido muro en la frontera con México.
Nelly Carmenatty madrugó para llegar desde las afueras de Washington hasta la explanada central de la capital y ver el discurso de Trump. La lluvia y las más de tres horas de cola no le quitaban la sonrisa de ilusión por la inminente investidura de alguien que, a su juicio, "cambiará el país para mejor". "Me encantaría presentarme voluntaria para construir el muro" en la frontera con México, aseguró esta puertorriqueña de mediana edad residente en el estado de Virginia, que se reconoce como latina pero a la que no le "gusta" la inmigración ilegal.
Lejos de allí, en Florida, con la música de un trío de mariachis y gritos como "¡Ahí viene el hombre!", el grupo del exilio cubano Vigilia Mambisa y una treintena de simpatizantes festejaron frente al famoso restaurante Versailles de Miami la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Los exiliados allí reunidos, la mayoría de avanzada edad, siguieron con júbilo y agitar de banderitas cubanas y estadounidenses la transmisión de la jura del cargo del presidente número 45 del país, amenizada con un despliegue de pastelitos de guayaba y café cubano.
Diferentes puntos, distintos lugares, con un protagonista: el nuevo presidente de EEUU.

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