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May descarta la solución de la UE para la frontera irlandesa

Theresa May, ayer durante el discurso que ofreció en Belfast.
photo_camera Theresa May, ayer durante el discurso que ofreció en Belfast.

La primera ministra británica solicita en Dublín flexibilidad ante su nuevo plan para salir de Europa

La primera ministra británica, Theresa May, solicitó de Bruselas flexibilidad para que acepte su nuevo plan de salida de la Unión Europea, al tiempo que atacó a sus críticos en el Partido Conservador, cuya presión ha debilitado su posición negociadora ante el brexit. Esos fueron los principales mensajes que dejó la líder tory tras una visita de dos días a Irlanda del Norte, donde reiteró su compromiso para mantener abierta la frontera con la República de Irlanda después de este divorcio, clave para sus economías y el proceso de paz.
Para resolver la cuestión fronteriza, uno de los mayores escollos en las conversaciones, la UE debe "evolucionar", pues su posición actual es "impracticable", subrayó May durante un discurso pronunciado en Belfast, ante representantes empresariales y políticos de la provincia británica.
Con esas palabras volvió a rechazar el contenido del acuerdo alcanzado en Bruselas el pasado diciembre, cuando la UE propuso mantener a Irlanda del Norte alineada con algunas normas de la unión aduanera y el mercado único para evitar el restablecimiento de una barrera estricta tras el brexit. Esa salvaguarda, recordó, situaría la futura frontera en el Mar de Irlanda y dejaría a la región fuera del mercado interno británico, al tiempo que pondría en peligro la integridad territorial de todo el Reino Unido al crear una línea divisoria interior.
May remitió a la UE al llamado Libro Blanco, que en su opinión representa "un cambio significativo en nuestra posición" y es un "conjunto de medidas coherente" para lograr un acuerdo de salida satisfactorio para todas las partes.

Un texto consensuado
La dirigente conservadora consensuó ese texto el día 6, pero provocó la dimisión de dos ministros y otros cargos al proponer crear un mercado común de bienes británico-comunitario con cierta armonización reguladora, algo inaceptable para los partidarios de un B brexit duro o la ruptura total con la UE. En este grupo se incluye también el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre los protestantes norirlandeses y cuyos diez diputados en Westminster permiten a May gobernar en minoría.
En el lado opuesto, el Sinn Féin, principal entre los nacionalistas católicos, consideró después de mantener un "encuentro difícil" con May que Londres no está aportando claridad y que el regreso de los puestos de control sería "catastrófico". La presidenta, Mary McDonald, aseguró que la primera ministra solo viajó a la provincia para "buscar una pelea con Irlanda y con la Unión Europea". 
Asimismo, el Sinn Féin sostiene que May tiene un margen de maniobra muy limitado porque depende del apoyo del DUP, con el que mantiene una tensa relación desde la suspensión del Ejecutivo de Belfast, de poder compartido entre protestantes y católicos. 

Los 27 advierten que el tiempo apremia para "sellar un pacto"

Los 27 países de la Unión Europea (UE) que permanecerán en el bloque tras la salida del Reino Unido se preparan para la posibilidad de que no logren un acuerdo con Londres para su retirada y advierten que el tiempo apremia para "sellar un pacto". "Es nuestra responsabilidad como dirigentes políticos prepararnos para todas las alternativas, incluida la de una falta de acuerdo", dijo la ministra de Asuntos Europeos francesa, Nathalie Loiseau, a su llegada al consejo de la UE de Asuntos Generales sobre el brexit, en Bruselas. La política francesa advirtió que la prioridad de los socios ahora es "avanzar en un acuerdo de retirada" porque ya van "tarde" para conseguir un pacto que "tiene que estar listo en octubre".
"El tiempo se acaba y por eso estoy nervioso", declaró por su parte el secretario de Estado para la UE alemán, Michael Roth, que insistió en que los Veintisiete darán una respuesta "unida" a Londres. "Nadie quiere castigar al Gobierno británico o su gente, pero negociamos sobre la base de nuestras directrices", consideró.
También el ministro de Asuntos Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, convino en que "el tiempo apremia" y advirtió que los Veintisiete "debemos estar preparados para toda eventualidad". "No es mi preferencia ni la de la UE, y espero que no lo sea tampoco del Reino Unido, pero hay que prever también el peor de los casos", indicó.
"Es importante estar preparados para todos los escenarios", coincidió el ministro delegado de Asuntos Europeos rumano, Victor Negrescu. 
 

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