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Escasa comida y miedo llenan las mesas del Ramadán en Gaza

Entierro de varias víctimas mortales causadas pòr los bombardeos israelíes en Gaza.
photo_camera Entierro de varias víctimas mortales causadas pòr los bombardeos israelíes en Gaza.

El Ejército israelí contrarresta con bombardeos el lanzamiento de cohetes de las milicias de Hamás

n n n Pan acumulado en la despensa que poco a poco se endurece, algo de arroz, agua, dátiles y el sonido de los misiles y de los cohetes visten este año, junto al miedo, la mesa de Ramadán en Gaza, escenario de la tercera operación bélica de Israel contra el movimiento islamista Hamás. "Estamos verdaderamente asustados esta vez, porque tememos que todo se complique más. Por eso he comprado mucho pan, para guardarlo", explica Mohamad Arafat, un comerciante de ropa de 38 años, padre de cuatro hijos.
Con el rostro cansado, hace cola frente a una de las pastelerías aún abiertas en medio de este cíclico círculo de violencia, pobreza, temor y resignación que padece Gaza desde que Hamás se hizo con su control en 2007 e Israel levantó un cerco militar en su perímetro. Un aislamiento que Egipto ayudó a completar a finales del pasado año, cuando decidió destruir todos los túneles de estraperlo con los que la franja se surtía y cerrar el paso fronterizo de Rafa, única puerta con el mundo.
Informes de la ONU advierten desde hace tiempo de que Gaza será un lugar "inhabitable" en 2020, ya que a la escasez se unirán la contaminación de la tierra y la muerte de los recursos hídricos, tanto subterráneos como costeros.
La situación se agravó desde que la aviación y la marina de guerra israelí iniciaron, en la madrugada del lunes al martes, una ofensiva para detener el lanzamiento de cohetes en la que ya han muerto cerca de 40 personas, en su mayoría civiles, siete de ellas niños. "Todo pasa de repente. No sabemos con antelación que Israel va a atacar. No hay sirenas en Gaza que nos avisen de que van a bombardear y que debemos salir corriendo para protegernos. Solo los afortunados sobreviven", subraya.
La operación comenzó de madrugada, cuando los gazatíes se preparaban para el undécimo día de abstinencia de los 28 que exige el Corán. Casi al mismo tiempo que los muecines llamaban para la primera oración del nuevo día, vecinos del barrio de Remal, en el oeste de la franja, como el propio Arafat, escucharon las primeras explosiones. Desde entonces, según cifras del mando castrense, las fuerzas israelíes han atacado 31 túneles, 60 lanzaderas de cohetes y 27 edificios y posiciones relacionados con Hamás, en respuesta al lanzamiento de 227 cohetes, 57 de los cuales fueron interceptados por el escudo antimisiles.
La mayor parte de las calles de Gaza están vacías y la mayoría de los 1,8 millones de habitantes que viven encerrados en esta lengua de tierra costera pasan las horas en sus casas, sin apenas electricidad y pendientes del ruido. Solo a media mañana y a últimas horas de la tarde se observan colas de hombres, mujeres y niños delante de las panaderías y de los pocos comercios abiertos, listos para la cena que rompe con más de 12 horas de ayuno.
"Acabamos de escuchar que dos niños han muerto cuando jugaban en un descampado. Nadie pudo avisarlos, estamos sin protección", se lamenta Arafat.
Dueños de algunas viviendas atacadas por Israel y en las que, al parecer, vivían activistas de Hamás admiten que recibieron llamadas de alguien que se identificó como miembro de las fuerzas israelíes y que les conminó a abandonarlas, pero en otros objetivos esas alertas no existen.n

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