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Angela Merkel, frente al nuevo laberinto político en Alemania

La canciller alemana, Angela Merkel
photo_camera La canciller alemana, Angela Merkel

El fracaso de las negociaciones pone de manifiesto la división y amenaza una mayoría estable

 La canciller alemana, Angela Merkel, se estrelló en el laberinto político alemán, en que la evolución de los partidos y la aparición de nuevas fuerzas hicieron más difícil encontrar alianzas sólidas con mayorías estables.
La propia Merkel fue en parte responsable del surgimiento de esa situación al haber desplazado a su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), hacia el centro, lo que espantó a algunos votantes conservadores que cayeron en los brazos de la ultraderechista Alianza para Alemania (AfD).
Sin embargo, la reestructuración del mapa político alemán empezó mucho antes y al comienzo fue un proceso paulatino, que se ha acelerado en los últimos años.
Hasta los años 70, la lucha se daba sólo entre los dos grandes partidos, con el Partido Liberal (FDP) como una especie de comodín que entraba en coaliciones con una de esas dos fuerzas, según la situación política del momento.
En los 80, con el surgimiento de Los Verdes, comenzó una fase en la que había dos bloques claramente identificados y a partir de 1982 el FDP se convirtió en el socio natural la CDU/CSU, con la que formó una coalición durante l la era del canciller Helmut Kohl.
Los Verdes, por su parte, se veían como socios naturales del SPD, con quien gobernaron entre 1998 y 2005 como socio minoritario de la llamada coalición rojiverde presidida por Gerhard Schröder.

Merkel y su futuro
En esos siete años, sin embargo, el SPD entró en un proceso de desangre con las reformas de Schröder.
A la cabeza de esa desbandada se situó el expresidente del SPD Oskar Lafontaine, que impulsó una fusión de la disidencia socialdemócrata con el postcomunista Partido del Socialismo Democrático (PDS), que tenía un peso importante solamente en el este del país.
Ya con cinco partidos en el parlamento la búsqueda de mayorías dentro de las constelaciones podía hacerse difícil. En 2005 la CDU/CSU, encabezada por Merkel, se presentó a las elecciones con el propósito explicito de relevar a la coalición rojiverde de Schröder y reemplazarla por una alianza del bloque conservador y los liberales.
Al final, la CDU/CSU quedó sólo ligeramente por encima del SPD y los dos grandes partidos terminaron formando una gran coalición.
Durante la era Merkel, el desplazamiento de la CDU hacia el centro, que al comienzo fue motivada por la necesidad de hacer concesiones a los socialdemócratas, adquirió una dinámica propia.
El SPD entró en una crisis de identidad ante la herencia de Schröder, que en parte Merkel empezó a reclamar para sí, y sin atreverse a dar un giro claro hacia la izquierda siguió perdiendo apoyos.
Del 34,2% de los votos alcanzado en 2005 por los socialdemócratas pasaron el 20,5%.
Ahora Merkel tiene frente a sí un parlamento con seis partidos y sin aliados a la vista para lograr una mayoría, tras el abandono del FDP de las conversaciones.
La hoja de ruta está en manos del presidente alemán, Franck-Walter Steinmeiner ya que podría proponer a Merkel, que necesitaría mayoría absoluta en la primera y la segunda votación, que se realizaría 14 días después, pero sólo una mayoría simple en una tercera, tras la cual habría canciller, Merkel u otro.

El 45 por ciento de los alemanes optaría por repetir las elecciones

Un 45 por ciento de los ciudadanos alemanes prefiere la celebración de nuevas elecciones a cualquier otra opción, como la de un gobierno en minoría, tras el fracaso de las negociaciones para formar una coalición, según una encuesta.
El estudio de la empresa Forsa difundido después del colapso de las conversaciones entre conservadores, liberales y verdes, coloca con diferencia esta opción como la favorita de los ciudadanos, en línea con lo apuntado también por la canciller, Angela Merkel.
En segundo lugar se sitúa el grupo que considera que la formación de una gran coalición de conservadores y socialdemócratas sería la mejor opción (27%) y sólo en tercera posición están los que optarían por un gobierno en minoría (24%).
Además, más de la mitad de los encuestados (53%) percibe de forma crítica la decisión del Partido Liberal (FDP) de abandonar las negociaciones, un paso que dio ayer esta fuerza política tras cinco semanas de conversaciones con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, su ala bávara la Unión Socialcristiana (CSU) y Los Verdes.
Merkel consideró en una entrevista en la televisión pública ZDF que sería "mejor" celebrar otros comicios que formar un gobierno en minoría.
"Unas nuevas elecciones serían una vía mejor que un gobierno en minoría", sentenció la líder cristianodemócrata, que subrayó la importancia de la estabilidad.n

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