Fallece de un infarto el cantante Juan Gabriel a los 66 años

El cantautor mexicano Juan Gabriel
photo_camera El cantautor mexicano Juan Gabriel

El cantante y compositor mexicano, Juan Gabriel, fallece de un infarto en la localidad californiana de Santa Mónica en Estados Unidos. El viernes daba sin saberlo su último concierto a los 66 años.

El artista ha vendido a lo largo de medio siglo de carrera más de 100 millones de discos y compuesto 1.500 canciones y éxitos interpretados por él y por otros cantantes como Ana Gabriel, la desaparecida Rocío Durcal, Marc Anthony o Lucía Méndez, entre otros.

Sus temas clásicos como "Querida" y "Amor eterno" pasarán ya de ser los temas identificativos de un mito a ser parte de su leyenda.

La muerte del conocido como "Divo de Juárez" ha causado consternación en su México natal y en el mundo de la música y se suceden las muestras de condolencia y pesar hacia la familia.

Juan Gabriel era famoso por sus temas y por la interpretación de los mismos. Capaz de llorar en un escenario y de bailar al ritmo de "El Noa Noa" como un loco adolescente.

Quienes le conocen hablan de él como el "alma de la fiesta" y centro de todas las miradas allá donde iba. El buscó y logró la admiración de millones de fans y a pesar de sus llamativos atuendos o su manera de llamar la atención en el escenario fue siempre una persona celosa de su intimidad.

ORIGEN HUMILDE

Fue el menor de 10 hermanos de una humilde familia de Michoacán. Pierde a su padre siendo un bebé, ya que provocó el incendio que afectó a varias propiedades

privadas y hubo de der internado en un psiquiátrico en la Ciudad de México. Jamás supo más de él y años después le dedicada una canción, "De sol a sol".

Su conocido tema "Amor eterno" es inspirado por el fallecimiento de su madre cuando Juan Gabriel, que realmente se llamaba Alberto Aguilera Valadez, tenía 24 años. La canción se escucha como himno de dolor y es recurrente en funerales, sobre todo en Mexico.

Era excéntrico y efusivo. Encima de un escenario lo daba todo. Se introducía en las canciones que interpretada, a veces con exagerados ademanes que le llevaron a ser imitado por comediantes de manera recurrente.

Bailaba de una manera que le llegó a causar más de un disgusto. En Houston, un paso en falso, provocó que se cayera de casi dos metros de altura y se fracturó la muñeca, lo que se acabó convirtiendo en una de las caídas más famosas de las celebridades y en referencia recurrente en programas cómicos de cadenas de televisivas.

Fue la única estrella de música popular que en 1990 interpretó durante tres noches seguidas su conocido repertorio en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, reservado únicamente para ópera y ballet. Los beneficios que obtuvo fueron en beneficio de la Orquesta Sinfónica Nacional y el disco que se elaboró del directo de esos días estableció un récord de ventas. Lanzó además un video, algo que no era usual en la época. Cuando cumplía 40 años de éxitos musicales, en 2013, volvió al mismo escenario y grabó "Mis 40 En Bellas Artes".

CELOSO DE SU INTIMIDAD

Era celoso de su intimidad y su vida personal era un misterio. Pasó de ser un galán en sus primeros años a ser un intérprete con ademanes y atuendos afeminados pero jamás respondió a preguntas sobre su orientación sexual. "No soy casado, ni pienso casarme jamás, soy feliz así, soltero. No estoy en contra del matrimonio, ni la unión libre. Mis amores son muchos pero los más importantes son: mi madre, mis hijos, hermana, hermanos, sobrinos y mis canciones", dijo en una ocasión al ser preguntado.

Tuvo cinco hijos y adoptó a Alberto Aguilera II Junior, quien murió en 2012 en una prisión de Texas de una sobredosis de drogas.

Cómo el era una estrella con luz propia tuvo la suya en el Paseo de la Fama de Hollywood y a pesar de su apariencia de divo jamás olvidó sus orígenes y se destacó como filántropo y una persona generosa.

FILÁNTROPO Y GENEROSO

En 1987 funda Semsaje, un orfanato para 120 pequeños donde les enseñaba música y les daba un hogar. Juan Gabriel financiaba personalmente este proyecto pero además donaba parte de sus ganancias a hogares infantiles en México.

De su generosidad surge esa frase suya que dice así: "De lo que doy nunca me acuerdo, de lo que me dan nunca me olvido" y que pronunció durante uno de los muchos homenajes que le hicieron a lo largo de su vida.

Decía que se entregaba a su público porque "pagan un boleto por verme y eso es impagable". Se entregó hasta el último momento de su vida. Dos días antes de que su corazón fallara se entregó en cuerpo y alma en su último concierto en Los Ángeles. Imposible que no lo hiciera. Sólo entendía la música y el arte como una entrega total al público.

Ahora comenzarán los homenajes tras su muerte, los recordatorios a su figura humana y al artista. Comienza así la leyenda de uno de los grandes cantantes latinoamericanos de la historia de la música de los últimos 50 años.

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