"No", tajantemente "no" existe ninguna posibilidad de que Barei modifique de aquí a mayo su canción para introducir partes en castellano pese a la posible polémica azuzada por quienes no entienden que la representante española en Eurovisión 2016 se presente con una composición íntegramente en inglés.
"No creo que nadie tenga que cambiar su arte por un concurso concreto. Y la gente lo ha elegido democráticamente", ha argumentado la artista en una rueda de prensa celebrada hoy en Madrid, solo unas horas después de su elección en una gala televisiva en la que contó con el respaldo pleno del público y el de un jurado de artistas.
Barei ha respaldado sus palabras con la misma seguridad que mostró sobre el escenario: "Tengo muy claro lo que quiero. No puedo ir a Eurovisión siendo algo que no soy, porque me cargo mi carrera", ha dicho.
Toñi Prieto, directora de entretenimiento de TVE, ha reconocido por su parte que se trata de "un riesgo, pero también una apuesta", a la vez que se ha mostrado convencida de que Barei lo hará "bien" gracias a su "fuerza".
Así pues, "Say Yay!", la canción de marras, un "uptempo" de regusto funky que en opinión de su autora pide el uso de la lengua inglesa y que está en la línea de Bruno Mars -"me encanta", ha reconocido ella-, llegará a la gran final del festival el 14 de mayo en Estocolmo sin cambios en el idioma, no así en su envoltura.
"Una vuelta a la canción se la daremos seguro, porque soy muy meticulosa", ha dicho esta intérprete y compositora madrileña, creadora de temas en el pasado para Malú y Edurne, que desde ya empezará a perjeñar su videoclip correspondiente.
Barei, llamada realmente Bárbara Reyzábal (Madrid, 1982), se ha mostrado "agradecida" por su elección y muy honesta en sus declaraciones, como cuando, disconforme con su actuación de anoche en el programa emitido por La 1, ha dicho en tono de broma: "No entiendo nada, ¿qué hago aquí?".
"Fui muy a lo bestia en actitud y pensé más en eso que en la voz. Tengo que controlar", ha señalado la artista, que ha revelado que minutos antes de la gala se encerró en un cuarto a meditar y a visualizar a la presentadora Anne Igartiburu pronunciar su nombre como ganadora.
Por ello, decidió que era la noche para disfrutar, aunque en los ensayos estuviese histérica. "No sabía si iba a ser solo ayer o si repetiría", ha contado.
Tras mencionar que se sintió sorprendida por el voto favorable del jurado popular, que pensó que otorgaría su máxima puntuación a María Isabel, una de sus rivales y ganadora hace 11 años de Eurojunior, Barei ha revelado que su canción favorita de entre las de sus rivales era la de Xuso Jones y que le gustó la autenticidad de Salvador Beltrán.
Sobre el futuro y forma de su candidatura, solo ha descartado el uso de tacones en la gran final, en favor de unas zapatillas como las que usó anoche para sentirse cómoda, quizás para entregarse al baile de pies que espantó a unos y que otros encontraron muy natural.
Sobre las críticas, ha reconocido que le costará aceptar algunas, porque como artista necesita el aplauso del público. "En ese sentido, Eurovisión me viene muy bien como cura de humildad para saber que no tienes que gustarle a todo el mundo", ha comentado.
Dispuesta a viajar donde sea para promocionar "Say Yay!", solo se ha mostrado cauta al hablar de su posible fichaje por alguna compañía discográfica, tras años como artista independiente.
"Esto cambia las cosas. He tenido llamadas antes de la victoria y eso me gusta más", se ha limitado a señalar.
Un 9,1 por ciento de la audiencia, cerca de 1,7 millones de espectadores, siguieron su victoria en la gala emitida por La 1, un dato que TVE ha considerado suficiente, pese al éxito masivo que sí obtuvo en redes sociales.
"La competencia ayer era dura. Sabemos que este tipo de producto es más limitado, porque los cantantes no eran de primer nivel, pero nos damos por satisfechos con el resultado, aunque nos habría gustado más", ha reconocido Prieto.
jhv/emc
