ANIVERSARIO DE ANGROIS

"Úna tragedia así puede volver a suceder hoy", opinan los supervivientes

Carolina Besada Garrido.
photo_camera Carolina Besada Garrido.

Las víctimas ourensanas consideran que las secuelas duraran siempre

nnn Fueron protagonistas involuntarias de una historia que jamás debió ser contada. El accidente ferroviario se llevó por delante la vida de cuatro ourensanas: Carolina Besada Garrido, de 18 años, de Ourense; Celtia Uxía Cabido, de 21 años, y Eva Pérez Seara, de 24, de Xunqueira de Ambía; y Ana Álvarez Carballo, de 45 años y de Melias, en Pereiro de Aguiar, quien viajaba con una de sus hijas, una niña de ocho años, que resultó herida grave y que, en un principio, figuró en la lista de víctimas en estado crítico.
Pero también arrasó  la vida de las víctimas que sobrevivieron. Un año con temores, pesadillas, secuelas físicas y psíquicas que, en la mayoría de los casos, aún no les ha permitido normalizar por completo su vida cotidiana. El día de ayer fue, por eso, un momento complejo y complicado para todos ellos, porque revivir aquel 24 de julio supuso sumergirse de nuevo justo en el instante que desearían arrancar para siempre de su memoria.

Los heridos
Entre los ourensanos que resultaron heridos estaban las amigas Susana Frade, de 18 años, y Olalla Méndez, de 28. Ambas se subieron al vagón número cinco del tren. Susana logró salir por su propio pie tras el brutal choque. Buscó a su amiga, y una vez que la localizó en el interior del vagón, le sujetó la mano durante horas hasta que Olalla pudo ser excarcelada. Ambas sufrieron heridas leves y a pesar de lo que pasaron, aseguraban días después que "con respecto a otras familias, somos muy afortunadas".
El subdirector general de La Región, Valentín Verdejo, sufrió diversos politraumatismos en el accidente y de los que aún sufre alguna secuela. También el matrimonio formado por el conocido empresario Marcial Cendón y Jackeline Rodríguez sufrió serias heridas en el accidente, y aunque físicamente la recuperación en este año ha sido favorable, ninguno de los dos ha sido capaz aún de subirse de nuevo a un tren. El subdirector general de La Región, Valentín Verdejo, sufrió diversos politraumatismos en el accidente y de los que aún sufre alguna secuela.
En lo que las víctimas coinciden es en que las heridas físicas son mucho más fáciles de curar que las emocionales y psíquicas.
Una de ellas, que pide ocultar su identidad, muestra su indignación por lo que considera "una inhibición absoluta de las administraciones a todos los niveles. No han tenido ninguna sensibilidad, jamás nadie nos ha preguntado nada, ni se han molestado en saber cómo estamos." Asegura también no comprender "porque las altas se están dando de manera aleatoria. Hay mucha gente aún con secuelas psicológicas graves que se ha visto obligada a volver a trabajar y que no están en condiciones".
Para esta víctima, una de las cosas más difíciles de superar es que, según mantiene, "no se ha hecho nada, ni se ha tomado ninguna medida para que esto no vuelva a ocurrir nunca más. Creo que una tragedia así puede volver a suceder. Si se hubiese tratado de una empresa privada, y no de la administración, estoy seguro de que ya se habrían pedido responsabilidades".
"Subes a un avión y aunque no prestes atención a la azafata, recibes indicaciones para actuar en caso de una situación de emergencia y tienes una hoja explicativa. Aquí no hay nada de eso, ni tan siquiera en un tren tan avanzado había luces de emergencia para guiarnos hasta la salida, todo eran obstáculos". "Ahora un año después, está claro que todas aquellas muertes no sirvieron para nada. No se ha hecho nada en lo sustancial, se abandonó a la gente a todos los niveles", enfatiza este superviviente de la tragedia, quien no ha logrado superar el trauma. No ha vuelto a subirse en un tren y dice que no lo hará nunca. n

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