El que fuera director del diario El Mundo, el periodista y escritor Pedro J. Ramírez, presentó ayer en el Liceo de Ourense, dentro del Foro La Región, su último libro, "La desventura de la libertad", donde, según destaca su autor, "hay unas cuantas páginas que suceden en Galicia y que tienen que ver con sucesos extraordinarios, como cuando el general Morillo traiciona al gobierno constitucional, se pasa a los franceses y baja desde Lugo para controlar Ourense,produciéndose en el puente de San Paio una batalla".
¿Qué es esta desventura?
La reconstrucción de los últimos cuatro meses del trienio liberal a través del archivo secreto, hasta ahora desconocido, del último jefe del gobierno, José María Calatrava, archivo que compré. Fue hilo conductor de la atmósfera de los hechos militares y debates parlamentarios, de las intrigas amorosas y de todo lo que convergió en aquella tremenda crisis, que desembocó en el final de la primera experiencia democrática en España.
¿Hay similitudes con el momento actual?
Sí. Lo que caracterizó entonces la situación es que mucha gente veía que era necesario reformar la Constitución, y no se atrevieron, y por no emprender reformas a tiempo, se produjo la putrefacción del sistema y por lo tanto, su caída.
¿Deberíamos entonces reformar la Constitución, sin duda?
Sí. En primer lugar, para devolver a los ciudadanos el control sobre los políticos, ya que ahora se controlan a sí mismos, de arriba a abajo, y por eso se producen los casos de corrupción que día sí y día también nos abochornan. Debemos recuperar el control de la política por parte de la sociedad, para obligar a los partidos que tengan una vida democrática interna, con primarias. También para acabar con la ingerencia en el poder judicial y para cambiar el modelo territorial que resulta carísimo, ineficaz y es origen de muchas de las tensiones que padecemos.
Si pudiera descubrir sólo un archivo secreto ¿cuál elegiría?
Uyy. Yo no sé si Rajoy habrá destruido todas las pruebas que le ligan a las tramas corruptas de su partido, pero sólo con los sms ya tendría. Cualquiera de los de los jefes del gobierno.
¿Cómo se recordará este momento histórico que vivimos?
Depende de cómo termine. Si el sistema no es capaz de reformarse desde dentro, será destruido desde fuera. Y esa reforma desde dentro no la pueden emprender las personas que han protagonizado o consentido o vigilado insuficientemente a sus colaboradores y, por lo tanto, generado toda esta retahíla de casos de corrupción. Hablando claramente, ni Rajoy, ni Cospedal pueden seguir al frente del PP, es incompatible, como lo hubiera sido la continuidad de Rubalcaba.
Entonces, ¿el PSOE sí ha iniciado esa regeneración?
Creo que sí. Le queda actuar con contundencia a medida que surjan casos del pasado. Veremos cuál es la responsabilidad de Susana Díaz en Andalucía, porque ella sí estuvo en la Junta. Pero ni Pedro Sánchez, ni César Luena, ni el núcleo duro del nuevo equipo de la calle Ferraz, han tenido cargos de responsabilidad en los años en los que se gestaron estos casos de corrupción. Creo que están completamente limpios. La asignatura pendiente del sistema es que en el PP se produzca la misma regeneración. Si Rajoy tuviera un mínimo de inteligencia política y de generosidad, anunciaría ya que no será candidato a las próximas elecciones generales y convocaría un congreso extraordinario. Si no, será necesario que surja otro partido que tenga capacidad de representar al centro-derecha y sustituya al PP.
¿Ve a alguien capaz de asumir ese cambio en el PP?
Veo que todos están paralizados por el servilismo reverencial ante el jefe. El PP es el partido de las tragaderas, no es otra cosa. No se ha levantado ni una sola voz. Cuando aparecieron los sms de Rajoy a Bárcenas, tendría que haberse terminado su carrera en la política. Eso es lo que hubiera ocurrido en cualquier otro país democrático.
¿Qué echa de menos en los medios?
Que algún periódico diga esto que yo acabo de decir. El Mundo lo decía hasta que me destituyeron como director. Se pidió la dimisión de Rajoy cuando aparecieron los sms que demostraron que él estaba vinculado a la trama de Bárcenas, y que protegía a Bárcenas, y la única explicación es que efectivamente estuvo cobrando sobresueldos cuando era ministro de Aznar, algo totalmente prohibido por la ley.
¿Cómo ve la profesión?
En la profesión hay una sensación de agravio, de humillación. La concentración del poder político y económico es más fuerte que nunca, y han aprovechado la crisis económica y la del modelo, junto con los cambios tecnológicos en el sector, para, en lugar de intentar facilitar y fomentar el pluralismo, aprovechar para recortar el margen de la libertad de expresión y aumentar sus espacios de impunidad. Hay una sensación de que nos han puesto de rodillas y tenemos que volver a ponernos de pie. Intentaré, dentro de mis posibilidades, con todo mi alma, que eso suceda.
¿Para cuándo un nuevo medio?
No soy dueño de mi tiempo. Sé que mi futuro profesional no pasa por El Mundo. Nunca seré en mi vida otra cosa que periodista y a mí no me van a retirar ni Rajoy, Soraya, Cospedal ni cuatro magnates del Ibex.
