ANGROIS UN AÑO DESPUES

El nudo en las gargantas regresó un año después a la curva de Angrois

Los concentrados en la curva de Angrois ven pasar un Alvia después de hacer la ofrenda  floral a las víctimas del accidente.
photo_camera Los concentrados en la curva de Angrois ven pasar un Alvia después de hacer la ofrenda floral a las víctimas del accidente.

Las víctimas rindieron reconocimiento a la valentía   que demostraron de los vecinos que se echaron a las vías del tren para ayudar

n n n  Justo un año después, la emoción, las lágrimas, los abrazos a los allegados, los testimonios sobrecogedores y el reconocimiento a la valentía de los vecinos que se echaron a las vías del tren al rescate de las víctimas del 24-J regresaron ayer a la fatídica curva de A Grandeira, en Compostela. Epicentro de uno de los hitos negros de la historia ferroviaria, en las inmediaciones del trazado ferroviario, en Angrois, barrio de las afueras de Santiago, se acumulan las flores y mensajes de apoyo a los 79 muertos y más de 140 heridos que a las 20,41 horas del 24 de julio de 2013 vivieron un horror de "diez segundos" que trocó en un silencio "atroz".
Lo cuenta, en Angrois, Cristóbal González, una víctima del accidente que tomó el tren en Sanabria y que recordó con el corazón en un puño, durante el acto de homenaje en la tarde de ayer de las asociaciones de víctimas, los gritos de dolor, las peticiones de auxilio y las "exclamaciones de terror" que sucedieron al choque. "Hemos vuelto a nacer en Angrois, llevamos sangre gallega", remarcó González en la entrega de una placa con la que las víctimas sellaron su agradecimiento a los valerosos vecinos de esta población rural.
"Nos ayudaron a salir apoyados en sus hombros", exclamó González, al que el presidente de la asociación de vecinos de Angrois, Anxo Puga, le contestó que "nada" les deben agradecer las víctimas porque están seguros de que harían lo mismo por ellos.
Al acto, organizado por las plataformas de víctimas y que constó de la entrega de placas, testimonios, un recital poético y una ofrenda floral, se acercaron decenas de personas con el rostro escondido tras gafas de sol, aunque en demasiados casos ni así lograron ocultar las lágrimas. Muchos de ellos han llegado procedentes de la catedral de Santiago, tras la misa de aniversario por las víctimas, que todos recordaron con 82 rosas blancas -es el cómputo de víctimas mortales de una de las asociaciones de afectados, que incluye a un bebé que no llegó a nacer y a dos personas que fallecieron tiempo después de ese siniestro-.
El agradecimiento a los que antes que nadie acudieron en auxilio de los heridos se mezcló en la famosa curva con la reivindicación de la investigación de lo sucedido y la asunción de responsabilidades políticas. Al hilo de esta protesta se escuchó en Angrois el verso 'Yo no quiero cuentos, no me contéis más cuentos' del poeta León Felipe, en un acto que finalizó con el paso del tren Alvia que hace justo un año descarriló en la zona.
Pero otros ni tienen el consuelo de la rabia, como José, un hombre joven que perdió a su novia en Angrois el pasado año: "Ningún juicio puede cerrar una herida". n 

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