Fátima Báñez presidió en Compostela el acto de entrega de las medallas de honor de la diáspora
La ministra de Empleo del Gobierno de España, Fátima Báñez, presidió ayer en Santiago de Compostela el acto de entrega de la Medalla de Honor de la Emigración a Fernando Amarelo de Castro, a título póstumo, y a Aurelio Miras Portugal, en reconocimiento a su "notable labor" en el ámbito de la emigración. El Pazo de Raxoi, situado en la Praza do Obradoiro, fue el lugar elegido para este acto, en el que también participaron, entre otras autoridades, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la secretaria general de Emigración, Marina del Corral.
Tal y como se leyó durante el acto, el Gobierno central concedió esta distinción a Amarelo de Castro, fallecido hace seis meses, por su implicación en la "mejora de la vida de los emigrantes" a nivel social, asistencial y cultural, así como por su empeño en mantener vivos sus vínculos con España. Del mismo modo, reconoció de Miras Portugal, único conselleiro de Emigración de Galicia, su trabajo en el ámbito cultural con los españoles residentes en otros países y su especial apoyo a los retornados.
La viuda de Amarelo de Castro fue la encargada de recoger este reconocimiento, que agradeció recordando que su marido habría estado "satisfecho" de recibirla y haciendo mención a los seis meses que se cumplen desde su fallecimiento.
Por su parte, el carballiñés Miras Portugal destacó la importancia que para él tiene que esta medalla haya sido entregada por sus propios compañeros, así como solicitada por unanimidad por el Consejo General de la Emigración, compuesto "por los propios emigrantes" y que supone un órgano "variopinto". Tras elogiar la figura del "extraordinario" Amarelo de Castro, Miras Portugal quiso hacer una llamada de atención a los políticos que buscan "el voto del siglo XXI" para que no sean "dominados por los burócratas".
Durante su intervención, el presidente de la Xunta ha recordado que la emigración ha sido "una prioridad" para "todos los presidentes de Galicia" tras el empeño de Manuel Fraga Iribarne en esta cuestión. Núñez Feijóo quiso empezar su intervención con un recuerdo para los gallegos residentes en Venezuela, un país "dividido por la deriva del populismo salvaje" y el "autoritarismo", que "ha empobrecido a las gentes de la que ha sido una de las naciones más ricas de América Latina".
Ante la situación que viven, Feijóo quiso mandar un "mensaje de apoyo y afecto" para los habitantes de Venezuela, al que, momentos después, se unió también Fátima Báñez, quien consideró ue el actual Ejecutivo central es "el más galleguista de la historia", por la apuesta de Rajoy por los cargos gallegos.
