Galicia

Ingresa en prisión el detenido por agresión sexual en Xinzo

El detenido a la entrada del Juzgado de Instrucción de Xinzo.
photo_camera El detenido a la entrada del Juzgado de Instrucción de Xinzo.

Se negó a declarar ante el juez en Ourense y dijo, a preguntas de su abogado, que no atacó a nadie

nnnEl vecino de Xinzo Josué B.S., de 25 años, detenido a las 13,15 horas del pasado miércoles como presunto autor de un delito de agresión sexual, ingresó ayer en la prisión de Pereiro de Aguiar. La jueza decretó que fuera a la cárcel ante el riesgo de una reiteración, que volviera a agredir, bien a la víctima o a cualquier otra mujer, según especifica en el auto.
El presunto agresor llegó pasadas las once de la mañana al Juzgado de Instrucción de Xinzo escoltado por seis guardia civiles. Una vez en el interior, según pudo saber este periódico, se negó a responder a las preguntas de la Fiscalía y de la propia jueza. Solamente contestó a una pregunta de su abogado, en la que recalcó que el día de autos no había atacado a nadie, a ninguna persona.
La joven agredida (tiene 20 años) fue llamada a declarar dos horas antes de la comparecencia del acusado. Según pudo saber este periódico, relató ante el juez que Josué se abalanzó sobre ella,  la tiró al suelo en tres ocasiones, durante las que llegó a bajarle el pantalón de deporte (una malla) que llevaba puesto, tocándole los muslos y los senos. La mujer le suplicó que depusiera su actitud y, durante el forcejeo, logró zafarse y pedir ayuda a unos agricultores.
Ambos fueron reconocidos ayer por un médico forense, que trasladó los informes a la fiscal, que  tras el interrogatorio de Josué B.S., pidió su ingreso en la cárcel.
Mientras, su abogado defensor, Luis Salgado, solicitó que fuera puesto en libertad ante la falta de pruebas contundentes para incriminarlo. Además, el letrado entiende que no tiene antecedentes por causas similares. " No hay riesgo de fuga, ni de destrucción de pruebas. Lleva toda su vida residiendo en Xinzo", explicó Luis Salgado, que ya anunció que  iba recurrir el auto de prisión.
El presunto agresor fue introducido a las 14, 00 horas en un vehículo de la Guardia Civil, que lo trasladó al penal. En el exterior del juzgado se agolpaban numerosos conocidos  y amigos suyos, todos de etnia gitana (el preso también los es), entre los que estaban su mujer, con una hija de corta edad, su padre y su suegro. Todos ellos condenaron la agresión sexual, recordando que la "ley gitana lo prohíbe". Y en este sentido, se mostraban sorprendidos con la detención y los hechos que se le imputan. "Él sabe qué está prohibido, no entiendo que está pasando", apuntó su suegro, negándose a facilitar su nombre.

Llamar al patriarca
Su mujer se pasó la mañana con su hija en brazos y llorando. La familia la consolaba y le daba ánimos, al tiempo que  repetían que están llamando a sus patriarcas en Madrid para que se desplacen a Xinzo y recaban información en el Juzgado y esclarecer los hechos. 
En caso de ser culpable, entonces también sería enjuiciado por la ley gitana, que, según explicó su suegro, podría conllevar incluso el destierro, marcharse de Xinzo, pero "si no es culpable, no tiene por  que cargar con la pena", comentó.
El joven tiene antecedentes policiales por delitos contra la seguridad vial. n

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