Elecciones 25-S

Galicia pone a prueba el modelo de recuperación abanderado por el PP

La amplia mayoría del PP en Galicia convierte a Feijóo en blanco de todas las miradas en España.
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La nueva Xunta de Feijóo dispondrá de muy poco margen para negociar el desbloqueo de las ayudas centrales y europeas

nnn Es la última gran mayoría autonómica del PP, la obtenida el domingo por la candidatura encabezada por Alberto Núñez Feijóo. Eso sitúa a Galicia, sin solución, bajo el foco nacional, al que se asomarán durante los próximos meses analistas, políticos, y los propios ciudadanos, escudriñando cada uno de los pasos que dé el gobierno autonómico resultante del 25-S. 
La primera legislatura autonómica post-crisis, con las primeras luces de recuperación económica asomando desde mediados del 2016, ubican a Galicia ante el reto de mantener el modelo de recuperación que el PP, entre ajustes del gasto y promoción del empleo, ha empleado como marca propia en toda España. Un modelo que además, a su vez, ha venido condicionado y respaldado por la Unión Europea. 
En Galicia, la batalla parlamentaria será especialmente cruenta, ya que la campaña electoral ha dejado al descubierto el enfrentamiento mayoritario contra este modelo -auspiciado por Europa- en la oposición que ejercerán el PSOE, en Marea y BNG, los tres en insalvable enfrentamiento con el programa que, en materias como economía o bienestar, presentó a las elecciones la formación de Feijóo.

PULSO AL GOBIERNO CENTRAL
Los 41 escaños del PP permiten una amplia acción de gobierno en la Xunta de Galicia que, paradójicamente, solo se verá coaccionada por agentes externos. Entre ellos, el más importante, el bloqueo político en Madrid, que como denunció el propio Feijóo en La Región la pasada semana, impide concretar los presupuestos y "el reparto de tarta" presupuestaria autonómica, y sitúa en riesgo, a partir de octubre, la recepción de buena parte de las ayudas europeas, de máxima importancia en sectores como el pesquero o en todo el medio rural gallego. 
De este modo, al reelegido presidente de la Xunta le tocará liderar un mano a mano con las fuerzas políticas nacionales, que permita, si no desbloquear los fondos o abrir fórmulas alternativas que permitan a Galicia zafarse de la parálisis central, al menos contribuir a desatascar la crisis de desgobierno que ya desde hace meses golpea a España, atisbando como único horizonte factible el fantasma de unas terceras generales. Ayer, en plena resaca electoral, en la sede central del PP en Madrid se mostraban más "asombrados por el enroque de Pedro Sánchez" que entusiasmados por la victoria electoral de PP en Galicia. Fuentes del PP en Madrid explican que "los resultados de las elecciones gallegas y vascas hacían plausible un nuevo escenario en el PSOE, con la dimisón de Sánchez". 

LAS CRISIS DEL PSOE
Las elecciones gallegas sumen al PSOE en una nueva crisis interna que ya no puede desligarse de la que vive el partido a nivel nacional. Si Pedro Sánchez confió a Xoaquín F. Leiceaga su suerte, con la esperanza en un vuelco electoral que permitiera a los socialistas gobernar junto a En Marea, ahora el líder de PSOE ha de afrontar una solución con mayor premura. No está en juego ya el gobierno en Madrid, sino que también la definición política del partido en todas las autonomías, y la posición que le corresponde ocupar ahora que las “mareas” y Podemos han comenzado a usurparle su espacio natural elección tras elección. 
La guerra desatada en la jornada de ayer en Ferraz, que no por esperada está resultando más previsible en sus consecuencias, lleva a los socialistas a las puertas de unas primarias en las que ya no podrán contar con el peso de los antiguos barones autonómicos, con excepciones como la de la andaluza Susana Díaz o el extremeño Guillermo Fernández Vara, cada vez más críticos con la gestión de Pedro Sánchez.
El empate a escaños en Galicia entre PSOE y En Marea fuerza a los primeros a elegir entre dos corrientes que bullen en su interior: la que propone un discurso próximo al de Podemos y las "mareas", y quienes abogan por un distanciamiento de esa línea, para abarcar al votante tradicional socialista, representado en el modelo de las mayorías de Felipe González -uno de los impulsores de esta segunda vía-.

el RURAL
En clave interna, no puede pasarse por alto el peso que el rural ha representado a la hora de volcar la balanza a favor del PP. Un peso que podría condicionar las partes del programa popular que afectan particularmente a este sector, agilizando algunas medidas como las rebajas de impuestos o la protección a las familias que viven del campo. Del mismo modo, el motor ourensano del voto al PP, cuando el partido más lo ha necesitado, se convierte en “un modelo” a seguir también por la dirección nacional del partido, admitían ayer fuentes de Génova. “A nadie le sorprende el resultado de Feijóo en Galicia”, añaden, “pero una vez plasmado en cifras, sin duda su voz tendrá que escucharse más que nunca en Madrid”. n 

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