Beatriz estaba sometida a "vigilancia" por su expareja

El Concello de Arbo se reunió de urgencia ayer tarde para decretar tres días de luto oficial
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O Perdigón, un barrio de Crecente, sumido en el dolor y la tristeza por la doble muerte

n n n Beatriz Rodríguez Mariño había nacido hace 30 años en el barrio de O Perdigón de la parroquia de Vilar, en el Concello de Crecente. Allí, reside su familia. Su madre Marisol, su abuela Maruja, una mujer muy querida y respetada por todos, matriarca y baluarte de la familia. Ambas, están deshechas por la tragedia. Un dolor que se hacía ayer patente en cada vecino del lugar anonadados por el suceso. Un supuesto crimen pasional producto de los celos.
     "Beatriz era una chica muy guapa, muy abierta y alegre", comentaba quien la conocía "desde que era pequeñita". Esta persona allegada a la familia, contaba a este diario -aún sin reponerse de la terrible noticia-, que Beatriz "había sido amenazada por su ex pareja", Arturo Domínguez, el presunto asesino que la tenía sometida a vigilancia constante desde que se había enterado que salía con un chico, Sergio Rodríguez Fernández, de 36 años, la otra víctima. 
     Beatriz, se había casado en primeras nupcias siendo una adolescente, con 17 años, "muy enamorada del chófer del bus escolar"un hombre mucho mayor que ella del que se separó tiempo después "duró poco el matrimonio".  Y a su presunto asesino, lo conoció  mientras trabajaba de camarera en el bar del pueblo de Vilar. Era un chico "del lado dalá" (que es como se conocen a quienes viven al otro lado, en la limítrofe provincia de Ourense). Un hombre de Crepos, Padrenda, de buena situación económica, industrial dueño de una pala excavadora y aficionado a la caza. Con él Beatriz tuvo a su hija, una niña de seis años, a la que ayer daba la noticia de la muerte de su madre un equipo de psicólogos desplazados a la casa de un vecino de su abuela, donde se encontraba la menor.
     El presunto asesino, según cuentan en la zona "era un tío conflictivo a causa de los celos, la controlaba mucho y por eso ella tomó la decisión de separarse". Ultimamente trabajaba en el restaurante A Vila de Arbo, y salía desde hacía poco tiempo con el joven Sergio,  encontrado muerto, degollado, junto a ella en el coche.

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