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Agredir al que creía amante de su esposa le lleva a juicio

La esposa del denunciado y la víctima se conocieron en esta sala de fiestas.
photo_camera La esposa del denunciado y la víctima se conocieron en esta sala de fiestas.

El fiscal reclama tres años de prisión y la víctima hasta cuatro, por lesiones con una barra de hierro

Al carballiñés S.N.A. (50 años) no le gusta bailar. Ante la disyuntiva de ocupar la tarde dominical en la discoteca o el fútbol, lo tiene claro. Por esa razón, cuando su hermana y la esposa acudían los domingos a la sala de fiestas Paulino, él optaba por el bar y el partido de liga de la jornada. En tales circunstancias, su mujer conoció a J.V.D. (58 años), un habitual de las pistas de baile y fan de las sesiones dominicales amenizadas con música de orquesta.
A partir de ahí se tejió una historia con trasfondo de celos que llegará en los próximos meses a juicio por un delito grave de lesiones, las que le provocó S.N.A a J.V.D. con una barra de hierro y que lo mantuvieron hospitalizado 15 días. La víctima, que ejerce la acusación particular, sostiene que el agresor acudió a su lugar de trabajo, una obra en las proximidades de  la zona de la Toscaña, el 22 de septiembre de 2015, para recriminarle, mientras le golpeaba con la barra de hierro, que mantuviera una relación sentimental con su consorte.
La paliza fue vehemente. La herida de la cabeza, por ejemplo, requirió nueve puntos de sutura, aunque también sufrió una fractura del tobillo izquierdo y contusiones en los brazos.
Por estos hechos, el denunciante reclama una pena de cuatro años de prisión así como una medida de alejamiento durante cinco años. Asimismo, añade una indemnización de 45.359 euros por las secuelas, el perjuicio estético y una incapacidad parcial. El ministerio fiscal, por su parte, también interesa una condena de tres años por lesiones, una prohibición de aproximación a una distancia inferior a 300 metros durante cuatro años y 16.150 euros de indemnización. 
Según J.V.D., el inculpado sólo dejó de pegarle con la barra de hierro cuando negó la relación con su esposa, reconociendo que compartieron pista de baile y alguna que otra llamada de teléfono. Nada más.
El acusado, quien se enteró del supuesto affaire por su hermana, no niega las lesiones, pero les resta gravedad. Además, invierte los papeles. Sostiene que el denunciante era quien acosaba a su mujer en la sala de fiestas. Ante tanta insistencia, ella finalmente bailó con él, pero ahí quedó todo. S.N.A. asegura que incluso consiguió su número de teléfono particular y la llamó porque, según su versión, insistía en ver a su esposa fuera de la discoteca para tomar un café.
El inculpado, quien se mostró arrepentido ante la autoridad judicial, reconoce que acudió al lugar donde trabajaba la víctima para pedirle dos cosas: "Para de llamar por teléfono y déjanos en paz". Así, dice que cogió una barra de hierro con la simple intención de asustarlo, aunque después forcejearon y le golpeó en la pierna y el brazo, pero no en la cabeza. También niega la fractura del peroné.
Según asegura la letrada en su escrito de defensa, el acusado no actuó movido por el odio ni tampoco tenía la intención de menoscabar la integridad física del lesionado. Plantea como petición principal una condena mes y medio de prisión o multa de tres meses (seis euros al día) al aplicar las atenuantes de arrebato-obcecación y confesión. En cuanto a la indemnización, la fija en 2.097 euros. Ante la alternativa de lesiones graves con instrumento peligroso y alevosía, fija seis meses de prisión. n

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