Movilización independentista

El secesionismo catalán clama por la libertad de sus presos

Participantes en la manifestación independentista convocada por la ANC con motivo de la Diada, y que recorrió ayer las calles de Barcelona.
photo_camera Participantes en la manifestación independentista convocada por la ANC con motivo de la Diada, y que recorrió ayer las calles de Barcelona.

Una multitudinaria marcha independentista reivindica la república durante la celebración de la Diada

El independentismo volvió ayer a congregar una multitudinaria movilización durante la Diada de Cataluña, en la que la reclamación de libertad para los políticos presos y de una "república catalana" han sido las principales reivindicaciones, un año después de la crisis política del 1-O.
La Diada, marcada por las consecuencias del pulso independentista de otoño de 2017 que desencadenó la destitución del Govern por el 155, ha incorporado este año a la reclamación de independencia y de "república catalana" el componente emocional de la petición de libertad para los políticos presos.
Al finalizar la manifestación independentista, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha pedido "valentía" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que preste atención al "grito democrático" que se ha escuchado y ha asegurado que la marcha soberanista que se inicia ahora "no tiene freno".

Una “ola sonora"
Una multitud se desplegó a lo largo de la Diagonal de Barcelona en una gran "ola sonora" planificada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en la que, según la Guardia Urbana, han participado un millón de personas, cifra que Sociedad Civil Catalana, contraria a la independencia, ha rebajado a 200.000.
Al finalizar la manifestación, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, ha exigido al Govern que no "dilapide" el trabajo realizado por el movimiento independentista "diciendo ahora que el 1-O no era un referéndum" y le ha pedido que se prepare para un nuevo "embate democrático" al Estado.
Entre las peticiones de libertad para los independentistas encarcelados ha destacado la de ERC, que ha condicionado el diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez a que los "presos políticos" sean puestos en libertad y los "exiliados" puedan volver a sus casas.
La cuestión de los políticos presos ha estado presente no sólo en el plano de las declaraciones, sino también en el simbólico, como en el caso de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que durante la ofrenda floral ha lucido un lazo amarillo en la solapa.
La Diada se ha celebrado en un nuevo escenario político tanto en el Palau de la Generalitat, donde se sienta como presidente Quim Torra en sustitución de Carles Puigdemont, huido a Bélgica, como en la Moncloa, donde gobierna el PSOE de Pedro Sánchez, que relevó en junio al PP con una moción de censura. 
Lo que sí se ha repetido es la ausencia de la oposición (Ciudadanos, PSC y PPC) en la manifestación independentista, si bien han acudido algunos representantes de los comunes, y Ciudadanos ha organizado su propio acto bajo el lema "El amor es más fuerte que el odio". En este acto, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, ha denunciado que los actos organizados por el Govern "excluyen a más de la mitad de los catalanes", mientras que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha advertido a Pedro Sánchez de que "no se equivoque" de aliados y de adversarios.
El líder del PSC, Miquel Iceta, ha pedido recuperar el "espíritu unitario" de la Diada y "superar divisiones", mientras que el el presidente del PPC, Xavier García Albiol, ha exigido a Pedro Sánchez que tome medidas ante las pretensiones independentistas del Govern de Torra, al que ha tachado de "iluminado".

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